CARRERA HACIA LA CASA BLANCA
El color de la política en EE. UU.
La Voz de Galicia, , 13-10-2008La carta de la raza aparece en la carrera electoral estadounidense. A menos de un mes de la cita electoral, el fantasma del racismo amenaza la candidatura de Obama
La carta de la raza aparece en la carrera electoral estadounidense. A menos de un mes de la cita electoral, el fantasma del racismo amenaza la candidatura de Obama
En Estados Unidos tan solo uno de cada ocho habitantes reconoce ser racista. La estadística, recogida hace apenas un año por la cadena de televisión CNN, contrasta sin embargo con el 48% de los estadounidenses que aseguran haber sufrido en algún momento de su vida un acto de xenofobia. Una diferencia de porcentajes que los sociólogos justifican por la presión de lo «políticamente correcto» y que estos días preocupa especialmente en el partido demócrata, cuyo candidato Barack Obama pasará a la historia como el primer afroamericano en competir por la presidencia.
Y es que aunque erigido en las últimas semanas como el favorito para alcanzar el despacho oval, con casi 9 puntos de diferencia sobre John McCain, lo cierto es que nadie en estos momentos parece poder determinar cuánto y en qué medida afectará al candidato la llamada carta de la raza, y cuyas negativas consecuencias en el pasado todavía se recuerdan en las colinas de Washington.
Conocido como el efecto Bradley, en honor al político afroamericano Tom Bradley, quien 1982 perdía las elecciones como gobernador de California (a pesar de que los sondeos lo situaban a más de 22 puntos por delante). Esta hipocresía de los votantes blancos volvía a repetirse 7 años después cuando el afroamericano Douglas Wilder perdía el estado de Virginia a pesar de todos los pronósticos. Una circunstancia que hace dudar a muchos estos días de la supuesta ventaja de Obama, sobre todo después de que algunas consultoras se percataran de que entre un 3 y un 5% de los entrevistados respondían de manera diferente a las preguntas dependiendo de la raza del encuestador.
Un problema que podría afectar directamente a Obama sobre todo si ambos candidatos llegan con poca distancia a las elecciones de noviembre «ya que lo cierto es que la raza de Barack podría quitarle hasta seis puntos en la cita electoral» en palabras del estratega Joe Trippi a la revista Político . Sin embargo, y a pesar de los malos augurios de este antiguo asesor de Bradley, muchos afroamericanos dudan de que patrones como el de Wilder puedan ser aplicados estos días.
«Básicamente porque aquellos tipos de líderes eran producto todavía de las lucha de los derechos civiles, un tipo de política con la que Barack Obama no tiene nada que ver». El que habla es Michael Washington, presidente de la plataforma de apoyo de Harlem por Obama, que durante el período de primarias trató de arrebatar a Hillary su feudo por más de dos décadas en este barrio. Sus declaraciones parecen estar apoyadas por encuestas como la publicada el pasado mes de junio por la consultora Gallup, y donde al menos un 88% de los votantes blancos aseguraban no estar condicionados por la raza del candidato (si es que decidimos creerlos).
Aún así, y más allá de la intención de voto, lo cierto es que dos hechos incontestables parecen fortalecer la posición del demócrata en su carrera hacia la Casa Blanca. Por una parte, y en un irónico giro de las circunstancias, lo cierto es que el origen africano de Barack terminaba beneficiándolo después de que el indice de participación entre las personas de color aumentara hasta en un 40% en su lucha por la nominación.
Por la otra están también sus precedentes, tras haber logrado pasar con éxito la prueba de Hillary, «donde incluso muchos afroamericanos que no creían en él se tuvieron que callar», apunta Florence Coeth, nacida en Bostwana y trabajadora de una agencia para el desarrollo en los Estados Unidos. Esta joven supo que Obama triunfaría la primera vez que leyó sus memorias: «Parecía que estuviera leyendo mi propia infancia». Como él, sabe que el racismo sigue siendo una realidad al norte de Río Bravo. «Y estoy segura que incluso Condoleezza Rice y Colin Powell han tenido que sufrirlo en alguna manera. Pero no nos llevemos a error, si hay un lugar donde un afroamericano puede ser presidente, es Estados Unidos, la tierra de las oportunidades».
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