Culto ortodoxo en Irun

Vascos y fieles de los países del Este estrenan con una liturgia la nueva capilla de la iglesia ortodoxa serbia

Diario Vasco, ANE URDANGARIN, 13-10-2008

DV. A Pablo Zúñiga, párroco ortodoxo, estadounidense de nacimiento y marido de una guipuzcoana, la llamada de este periódico interesándose por la apertura de un nuevo lugar de oración en Irun le cogió por sorpresa. «No tenía intención de invitar a la prensa, pero toda persona es bienvenida y recibida con cariño y respeto». Y así lo hizo. Él, otro presbítero, un diácono y una docena de feligreses estrenaron ayer por la mañana el nuevo local de esta parroquia que forma parte de la iglesia ortodoxa perteneciente al Patriarcado de Serbia.

«La parroquia se estableció en Errenteria, donde hemos servido durante cinco años – cuenta el párroco de una comunidad compuesta por cerca de 40 familias que acudían de forma regular – . Pero el local se nos quedó pequeño y buscamos uno más grande». Y lo encontraron en la ciudad fronteriza, en un bajo cerca de las casas conocidas como del parchís, que acoge ahora una pequeña capilla a donde acudirán principalmente inmigrantes de los países del Este.

La divina liturgia está anunciada para las 10.30 de la mañana aunque se retrasa unos minutos en espera de algunos fieles despistados que no encuentran la capilla. Media horas antes, el párroco ya está ataviado con unos ricos ropajes y huele a incienso.

Presentan a Irati Mihaela

Eumila y su marido se han trasladado en tren desde Tolosa. Antes solían ir a orar a Errenteria, «y luego a Tafalla». A continuación llega otro grupo, entre ellos Andrés Arbulu y su mujer, Ileana. Viven en Antzuola, localidad natal de él. Ella es rumana. Hace seis semanas nació su primera hija común: Irati Mihaela. «Hoy haremos lo que se llama la presentación: la madre presenta a la hija ante la iglesia. La bautizaremos en noviembre», explica Arbulu, que es católico.

Tras las plegarias, arranca la liturgia. Se oficia en distintos idiomas, aunque predomina el rumano. El párroco está en muchos momentos de espaldas a los fieles, que participan activamente con sus cantos y oraciones. Como en las misas católicas, se lee el evangelio y se comulga – en este caso, el pan remojado en vino consagrado se recibe de una cuchara – . La misa puede durar hasta dos horas y para la una del mediodía está previsto un bautizo. El ciclo de oración incluye también las vísperas los sábados y, una vez asentados, tienen previsto reunirse entre semana. ¿Y quién es su obispo? «Vive en París. Monseñor Luka Kovacevic. Se escribe como el jugador de la Real».

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