Las autoridades temían un enfrentamiento directo entre los dos grupos de ideología opuesta convocados en Barcelona y, al final, la refriega fue entre los antifascistas y los mossos. Unos 200 jóvenes iniciaron la marcha en la plaza de Sants de la capital catalana con un destino claro: la montaña de Montjuïc, donde medio millar de personas, convocadas por la ultraderechista Democracia Nacional, celebraban el Día de la Hispanidad, algunos de ellos izando banderas preconstitucionales y lanzando proclamas racistas.

Para evitar el enfrentamiento entre ambos grupos, los Mossos d’Esquadra sometieron a los antifascistas a un auténtico encierro durante su manifestación, en la que hubo momentos de tensión y acabó, según los convocantes, con cinco manifestantes heridos leves, además de una señora que pasaba por la zona. Según la policía autonómica, también un agente resultó herido.

En Tarragona, donde se esperaba que se produjeran los mayores incidentes, las dos manifestaciones opuestas – 150 personas en la de Alianza Nacional y más de 400 de colectivos antifascistas – se desarrollaron sin incidentes, según informa Salud Muñoz.