«El consumo de cocaína bajará seguro si la crisis se agrava»
«Los inmigrantes son un colectivo vulnerable, pero se drogan menos que los españoles»
La Verdad,
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12-10-2008
Juan Jiménez es consciente de que está embarcado en una lucha interminable, donde la victoria es más que remota. Sin embargo, su discurso no es pesimista. Defiende que las campañas de prevención están reduciendo el consumo entre los adolescentes, y está convencido de que ése es el camino para poner coto al alcohol y la cocaína. El coordinador del Plan Regional de Drogas, que depende de la Consejería de Sanidad, pide «tolerancia cero» y concentra sus esfuerzos en proteger a los colectivos vulnerables: menores, mujeres e inmigrantes. Este médico psiquiatra, que vivió primero el auge de la heroína en los años 80 y se enfrentó después a la extensión del polvo blanco, no está especialmente preocupado por los tiempos de crisis que se avecinan. El consumo actual está más ligado al ocio que a problemas sociales, y por eso podría descender si disminuye el poder adquisitivo.
– Acaban de celebrar ustedes unas jornadas sobre Inmigración y Drogas. ¿Han detectado un aumento del consumo en esta población?
– No podemos decir nada sobre esto porque no lo sabemos. No hay datos en España. La inmigración es un fenómeno nuevo y variable, y es difícil contar con estadísticas fiables. Lo que sí hemos visto es que ahora se acercan más inmigrantes a los centros de tratamiento. Lo que antes era anecdótico, ya no lo es. El 15% de la población empadronada en la Región es inmigrante. Si a eso le sumamos otro 5% que puede estar fuera de los controles, no deja de ser una población importante, a la que hay que dar una respuesta diferente. Consideramos a la población inmigrante como vulnerable, junto a mujeres y menores. El tratamiento es más difícil.
– ¿Por qué?
– Tienen un doble problema. Llegan con las pautas de consumo de sus países. No es lo mismo el colectivo suramericano, donde sobre todo hablamos de alcohol, o los países del Este, que se encuentran en la ruta de la heroína, que el Magreb, donde hay más cultura del cannabis. Llegan a España y se encuentran con otra pauta de consumo: la cocaína. Son más vulnerables porque no se les ha educado contra esta droga, la desconocen más.
– Pueden llegar a unir sus consumos anteriores con la cocaína.
– Exacto. Los inmigrantes, como la mujer o los menores, son colectivos vulnerables. Eso no quiere decir que se droguen más, sino que son más difíciles de tratar y hay que dirigirse específicamente a ellos en la prevención. De hecho, los inmigrantes se drogan menos que los autóctonos. En contra de lo que mucha gente piensa, los inmigrantes acuden menos al médico que los españoles.
– ¿Puede la crisis económica actual provocar un aumento del consumo de droga entre la población en general?
– Con las crisis disminuye el consumo de drogas. Contemplamos que en el caso de algunos colectivos marginales pueda aumentar, pero en general los datos no indican que se incremente el consumo por la crisis. Al revés. Por ejemplo, la cocaína disminuirá seguro si hay crisis. Lo mismo ocurre con el alcohol, porque la gente tiene menos dinero, pero las copas siguen costando lo mismo.
– Pero las situaciones de desempleo, los problemas psicológicos, ¿no pueden empujar a la droga?
– Nosotros siempre decimos que el consumo de drogas provoca problemas psicológicos, no al revés. Hay dos tipos de población: los que tienen problemas y se drogan por eso, o los que tienen problemas porque se drogan. El segundo caso es más complicado que el primero. No hay por qué identificar la crisis con un aumento del consumo de drogas.
– ¿Cómo está evolucionando el consumo entre los adolescentes?
– En el año 2002 contemplamos un repunte importante del consumo de drogas de fiesta y cocaína. Nos pusimos a trabajar en la prevención, y fruto de eso se elaboró un nuevo plan regional. Se empezó a estudiar en el 2004., y de ahí surge el plan 2007 – 2010, con actuaciones prioritarias en la prevención. Nosotros medimos el consumo de los escolares de entre 14 y 18 años mediante encuestas que se realizan los años pares. Antes, en cocaína teníamos un 3,9% de adolescentes que reconocían haberla probado en el último mes. Ahora el porcentaje es del 2,9%. El consumo está disminuyendo de forma notable entre estos jóvenes. Ha caído el inicio del consumo.
– ¿Cuál es la fiabilidad de estas encuestas? ¿Cómo saber que las respuestas son sinceras?
– Nos fijamos en la tendencia, no en los datos absolutos. Lo importante es la comparación, porque las encuestas son siempre idénticas. Si preguntamos a mil escolares exactamente lo mismo dos años después, puede que los valores absolutos no sean fiables, pero sí la evolución. Lo que puede ser menos fiable es comparar esta encuesta con las de otras comunidades autónomas u otros países.
– El alcohol preocupa especialmente a muchos padres.
– El principal problema que tenemos es el alcohol. Hay que tener en cuenta que el 50% de los accidentes de tráfico mortales tienen que ver con el alcohol y la droga, pero sobre todo con el alcohol (el 39% de los casos). La probabilidad de tener un accidente mortal es siete veces más alta con la bebida que con el resto de drogas. Nos preocupa porque además la mayoría de cocainómanos son también alcohólicos. Si te tomas dos o tres rayas y doce cubalitros… Toman cocaína para poder seguir bebiendo. En todo tipo de colectivos y segmentos de la población, el alcohol es el principal problema.
– ¿Y el éxtasis y drogas de diseño?
– No entrarán mucho mientras la cocaína esté más barata. El éxtasis está más presente en otros países, donde está causando muchos problemas. Si desapareciese la cocaína, entonces aparecería el éxtasis.
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