«Salimos de Achacha, en la costa de Oulad Boughanem, a 60 kilómetros de Mostaganem, a bordo de una patera de cinco metros. El paterista nos cobró 800 euros por traernos hasta Cartagena y él se marchó de nuevo a Argelia. En la travesía empleamos viente horas. En la lancha íbamos diez personas, todos varones, y llegamos en perfecto estado. La Guardia Civil nos interceptó en la playa. Llevábamos las ropas húmedas y restos de arena y sal». Éste es el relato que el pasado 16 de marzo dio el argelino Dejbbar F. a los agentes de la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación de la Jefatura Superior de Policía de Murcia pocas horas después de ser sorprendido y detenido junto a otros compatriotas en una patera, cerca de las costas de Cartagena.

Documentos oficiales a los que ha tenido acceso La Verdad ponen de manifiesto algunos de los procedimientos que emplean las mafias dedicadas al tráfico de personas entre el norte de África y las costas españolas, y en concreto de la Región de Murcia.

De 400 a 800 euros (aunque algunas fuentes hablan de hasta 1.500 euros) es la cantidad que suelen pagar los espaldas mojadas por emprender su sueño europeo con la guía de un equipo de localización por satélite y, presumiblemente, también la compañía física de patronos que saben el camino hasta lugares de la costa murciana.

«No es la primera vez»

Las declaraciones permiten a las autoridades conocer diversos puntos desde donde salen las pateras, de cara a colaborar con Argelia. «Salimos de Bahara, a unos treinta kilómetros de Chlef y unos ochenta kilómetros de Mostaganem. Hicimos el trayecto directo hasta Cartagena», afirma Kheiter A. Y, además de señalar que los ocupantes pagaron «800 euros cada uno», que se les rompió el PGP a mitad de camino y que fueron rescatados por la Armada española, aporta este dato: «no es la primera vez» que ha venido a España.