BILBAO. “Si hay crisis y acude más gente a nosotros, la relación causa – efecto está clara”. En Cáritas Bizkaia no tienen ninguna duda. La recesión económica es la responsable de que este año se hayan multiplicado las solicitudes de ayuda, sobre todo de inmigrantes . Lejos de ser el único colectivo afectado, familias normalizadas con dificultades para llegar a fin de mes y parados de 50 años también atraviesan una situación complicada. “A los que más afecta la crisis es a los más vulnerables”, evidencia Mikel Ruiz, director de Cáritas Bizkaia. “El año pasado gastamos en ayudas de emergencia social y renta básica 1.090.000 euros y este año, de enero a junio, ya hemos dado 780.000”, detalla Ruiz, quien prevé que esta cifra alcance, al cierre del ejercicio, 1.560.000 euros, lo que supondría un incremento del 50% con respecto al año anterior.

Los inmigrantes son los mayores damnificados de esta crisis. “Los que estaban en mejores trabajos y los han perdido están ocupando otros que hasta ahora hacían inmigrantes . A nosotros nos llegan los que están peor, que no tienen acceso a la renta básica porque no tienen el mínimo de meses de empadronamiento”, explican desde Cáritas.

La “desesperación” de algunos inmigrantes es tal que optan por regresar a su país. “Muchísimos inmigrantes que trabajaban en la construcción ahora no tienen nada. Si no les compensa estar aquí, porque sólo consiguen endeudarse, piden el retorno”, señalan desde Cruz Roja Bizkaia, organización que en lo que va de año ha tramitado treinta y cinco retornos, frente a los ocho gestionados en 2007. “Recibimos una media de cinco o seis consultas diarias sobre retorno, mientras que el año pasado había una al día. Además, hay una mayor demanda de los programas de empleo dirigidos a inmigrantes ”, afirma Manu Calvo, de Cruz Roja Bizkaia.

La crisis ha dado asimismo al traste con las previsiones de Cáritas de Gasteiz. “A día de hoy los presupuestos de ayudas están vencidos. Ya hemos gastado el 20% más de lo que habíamos previsto que íbamos a gastar en todo el año y seguimos dando ayudas. Calculamos que a fin de año el incremento puede llegar al 50%”, estima Ramón Ibeas, secretario general de la entidad diocesana.

Además de constatar que “todos los perfiles vulnerables han crecido y que la gente que estaba en el umbral de la vulnerabilidad en estos momentos ha caído”, en Cáritas de Gasteiz también han detectado “grupos nuevos, que habían desaparecido en Euskadi desde la crisis de los 90, que son sobre todo hombres, en torno a la cincuentena, que han estado en la industria con contratos eventuales durante muchos años y empiezan a aparecer como parados”. A pesar de que la mayoría “están cobrando paro”, Ibeas advierte de que este colectivo “estará en una situación muy complicada en un plazo de un año o año y medio”. De hecho, dice, “tenemos más miedo a 2009 que a 2008 porque se van a acabar algunos paraguas, como los paros”.

En Cáritas de Donostia han observado un aumento de la demanda de ayudas por parte de “personas autóctonas que pertenecen a familias normalizadas que tienen dificultades para terminar el mes”.

“Sin piso por no poder pagar la hipoteca”

“Conozco a un matrimonio – con trabajos fijos y sueldos de mileurista – que no encuentra una sola caja ni banco que les dé un crédito para pagar un piso en el que ya han metido 15 millones de entrada. Van a tener que venderlo y buscar un alquiler”. Ramón Ibeas, secretario general de Cáritas Diocesana de Gasteiz, no quiere ser alarmista, pero advierte de que “en nuestra sociedad el nivel de ahorro ha bajado muchísimo y un apretón en la vida te puede poner en una situación complicada”. De hecho, asegura que en los últimos meses ya “ha habido gente en Gasteiz que ha tenido que vender el piso porque no ha podido enfrentar la hipoteca”. Si estas personas llamaran a la puerta de Cáritas, Ibeas les diría que “tenían que haber hecho las cuentas mejor”. “Es gente que se metió donde no podía y ahora tiene que recular y resituar su inversión. Se van a quedar en una situación precaria, van a pasar una fuerte crisis, pero nosotros estamos para ayudar a quienes peor están y peor que ellos hay muchos desgraciadamente. Ellos tienen un salario que les permite vivir dignamente, lo que no les permite es vivir en la margen derecha de Neguri”, puntualiza. >a.r.

la recesión económica azota al eslabón más débil