El sindicato CC OO acusó ayer a la Delegación de Gobierno y a la Policía Nacional de «generar desconfianza en el proceso de integración sociolaboral de la población inmigrante», y criticó «prácticas prepotentes y autoritarias que rompen con el clima de confianza existente en los últimos veinte años». Según fuentes de CC OO, la alarma saltó «al tener conocimiento que un inmigrante de origen maliense, Alou Samake, cuyo expediente tramitaba el CITE, ha sido expulsado cuando en un acto de buena fe se dirigió a la Comisaría de Policía de la calle Ceballos, en Murcia, para su identificación. Había sido enviado allí por la Oficina de Extranjeros para proseguir con los trámites de la autorización de residencia por arraigo». Una vez en la comisaría, «fue detenido y enviado al Centro de Internamiento de Valencia desde donde ha sido retornado a su país, Mali».