| GÉNOVA, Italia

No hay repatriación.

A casi tres meses del asesinato de la inmigrante Isabel Rivera González, la comunidad ecuatoriana residente en Génova, donde ella vivía, se pregunta qué fin tendrán los restos de la compatriota que ya una vez estuvieron a punto de ser sepultados en una fosa común porque no hay quién gestione su repatriación a  Ecuador.

Desde el pasado 16 de julio, que fue degollada, su cuerpo continúa en una funeraria privada de esta ciudad a la espera de su traslado a Ecuador. Falta de dinero, contradicciones en las normativas migratorias o poca solidaridad, nadie da una respuesta concreta al caso.

Patricia Bermúdez, representante de la Secretaría Nacional del Migrante (Senami) en Génova, reitera  que existe un reglamento por el cual esta entidad no puede desembolsar los 4.500 euros necesarios (6.120 dólares) para el traslado del cuerpo al país. “La señora Rivera pagaba un seguro de vida que es el que debe responder y que nos impediría legalmente hacer los trámites  porque el gobierno ayuda  a las personas sin respaldo económico”, explicó.

Dijo que la Senami tramitó ante el Consulado ecuatoriano la extensión del nulla osta, que es el documento que permite la repatriación del cuerpo, pero no especificó si se lo obtuvo o no, y precisó  que el gobierno tampoco puede garantizar que las autoridades italianas extiendan la visa humanitaria a la hija mayor de la connacional que está por presentarse al consulado italiano en Quito.

Anibal Nieto, quien fue amigo de la víctima, dice que los argumentos de la Senami “son solo pretextos”, porque Isa, como la llamaba, era una mujer pobre que vivía de su trabajo y ayudaba a sus familiares.

Según representantes de la aseguradora italiana, a la que Rivera se afilió, mientras no se presente un familiar o un apoderado de los beneficiarios del seguro de esta, no entregarán el dinero que serviría para pagar los servicios de la funeraria.  Esta versión la comparte el ex patrono de la joven, un anciano genovés al que cuidaba, que espera hablar con  parientes o apoderados de la familia de Rivera  para pagarle sus haberes.