Donostiarras migrantes

Diario de noticias de Gipuzkoa, Ainhoa Beola, 10-10-2008

Esta ciudad, a veces más conservadora de lo que debe de ser una ciudad abierta, tradicionalmente ha sido una ciudad de emigrantes. La historia se empezó a escribir con las generaciones anteriores que debieron irse a otros lugares bien por razones económicas, bien por razones políticas o bélicas y la continúan las nuevas generaciones que buscan otros horizontes donde poder desarrollarse.

Del mismo modo, ha sido una ciudad que ha acogido, también tradicionalmente, a población inmigrante, sobre todo en los años 60 y 70, donde de buen grado se recibió a quienes serían mano de obra de nuestra entonces boyante industria.

Ahora hay una nueva generación de inmigrantes que se ha visto obligada a dejar su lugar de origen para buscar nuevas opciones de desarrollo. Esta ciudadanía suele encontrarse con dificultades legales, económicas, culturales y, por qué negarlo, también a veces sociales. No nos tiene que resultar desconocido. Nuestras amonas y aitonas en otros tiempos pasaron por situaciones parecidas.

Esta población, donostiarra de adopción, compone el tejido social de la ciudad, y construye ciudad junto con el resto de sus habitantes.

En estos días hemos tenido noticia por la prensa de un altercado en un bar, en el que se ha visto implicada una dotación de la UCOM y población dominicana que regenta y consume en el mismo. Llama la atención el hecho de que, al explicar lo sucedido, se haya puesto el acento en el origen de unos y otros.

Porque mientras cualquiera de las partes utilice como argumento principal la procedencia geográfica para atacar o defenderse, estará sin duda jugando con la exclusión, y eso no nos los podemos permitir.

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