El Nobel de Literatura se rinde a la narrativa rompedora de Le Clézio

Deia, 10-10-2008

anso lamela

estocolmo. El Nobel de Literatura 2008 reconoció ayer la narrativa rompedora de Jean – Marie Gustave Le Clézio y devolvió a Francia, el país más distinguido en la historia, con 14 galardones, el premio más prestigioso de las letras universales.

La Academia Sueca calificó a Le Clézio (Niza, 1940) como “autor de nuevos rumbos, de la aventura poética y del éxtasis sensual y de explorador de la humanidad, dentro y fuera de la civilización dominante”. Le Clézio está considerado uno de los principales escritores franceses – el más grande vivo, según una encuesta de hace años de los lectores de la revista Lire – y atesora galardones importantes como el Renaudot o el de la Academia Francesa.

Pero su nombre no figuraba entre los principales favoritos este año – con el italiano Claudio Magris a la cabeza – , como ya ocurrió en 2007 con la británica Doris Lessing o hace cuatro años con la austriaca Elfriede Jelinek, una elección aún más inesperada. Con Jelinek y Le Clézio se da una llamativa coincidencia: ambos han sido reconocidos con el Nobel el mismo año en que recibían el premio Stig Dagerman. Le Clézio estará el 10 de diciembre en Estocolmo para recibir el Nobel.

Su elección alimenta la polémica previa provocada por unas declaraciones del secretario permanente de la Academia Sueca, Horace Engdahl, en las que calificaba de “insular” la literatura de EE.UU. y denunciaba su papel “marginal” en las letras universales. Engdahl es experto en literatura francesa y traductor al sueco de escritories como Maurice Blanchot y Jacques Derrida.

Le Clézio es autor de medio centenar de obras, sobre todo novelas pero también ensayos y algún libro para niños, en los que ha plasmado su gusto por los viajes, su sensibilidad ecologista y su amor por la cultura amerindia y por México. Hijo de madre bretona y padre británico afincados en la isla Mauricio, sus primeros años están marcados por viajes familiares. Con 7 años, Le Clézio, bilingüe en francés e inglés, escribió sus dos primeros libros, relatando su viaje a Nigeria. Su primera novela, Le procès – verbal (1963), premio Renaudot, causó sensación: partiendo de los restos del existencialismo y del nouveau roman, rescató las palabras del “estado degenerado del lenguaje cotidiano” y les devolvió la fuerza para invocar una “realidad esencial”, alaba la Academia.

trayectoria Esa misma línea continuaron obras como La fièvre (1965) y Le déluge (1966), y la preocupación ecológica quedó patente más tarde en Terra amata (1967) y La guerre (1970), entre otras. Su consagración definitiva vino con Désert (1980), colección de imágenes sobre una cultura perdida norteafricana en contraste con la visión de Europa a través de los ojos de inmigrantes no deseados, que le valió el premio de la Academia Francesa. La proximidad con el norte de África le viene de su esposa Jemia, de origen marroquí. Sus largas estadías en México y América Central en los 70 marcaron la evolución de su obra y le llevaron a buscar una nueva espiritualidad en contacto con los indios, plasmada en Voyage de l’autre côté.

méxico La traducción al francés de obras como Las profecías de Chilam Balam o El sueño mexicano o el pensamiento interrumpido revelan su fascinación por el pasado de México, objeto de su tesis doctoral en la Universidad de Perpiñán (1983). El sueño del paraíso perdido, en este caso de las islas del océano Índico, aparece en otro de sus libros más famosos, Le chercheur d’or (1985), y se acentúa en sus siguientes obras.

Temas como la memoria, el exilio, la reorientación de la juventud y el conflicto cultural responden a una tendencia hacia la exploración del mundo de la infancia y la historia de su propia familia, presentes en Onitsha (1991), La quarantaine (1995), Révolutions (2003) y L’Africain (2004). Ritournelle de la faim, de reciente publicación, es el último nombre a añadir a una extensa producción que le ha valido el Nobel pese a no partir como favorito; aunque sí para Elisabeth Grate, su editora sueca, quien el miércoles había comprado champán porque pensó que podía tener un motivo de celebración al día siguiente.

Le Clézio recibió “feliz y emocionado” el premio, una oportunidad para afirmar que “escribir es escuchar el ruido del mundo”. “Escribir no es sólo estar sentado en tu mesa contigo mismo, es escuchar el ruido del mundo. Cuando estás en la posición del escritor se percibe mejor el ruido del mundo, vas al encuentro del mundo”, aseguró en una multitudinaria rueda de prensa en París.

El autor invitó a fomentar la lectura de novelas como antídoto a los problemas que atraviesa el mundo. “Leer novelas es una buena forma de interrogar al mundo actual sin que el resultado sean respuestas demasiado esquemáticas. El novelista no es un filósofo, no es un técnico de la lengua, es alguien que hace preguntas y si hay un mensaje que quiero enviar es que hay que hacerse preguntas”.

las opiniones

· Juan Goytisolo: “Le Clézio es uno de los mejores novelistas franceses actuales”. “He respetado siempre su figura y su obra. Me alegro mucho de que el Nobel haya recaído en él”, decía a Efe Juan Goytisolo desde su casa de Marraquech.

· Nicolas Sarkozy: “El Nobel a Le Clézio honra a Francia y a la lengua francesa”. El presidente de Francia expresó su “inmenso orgullo” por la concesión del premio Nobel de Literatura 2008 a Le Clézio, un galardón que “honra a Francia y a la lengua francesa”. “Le dirijo mis más calurosas felicitaciones en nombre de todos los franceses por el premio más prestigioso que un escritor puede recibir”.

su frase

“Escribir no es sólo estar en tu mesa contigo mismo, es escuchar el ruido del mundo”

Jean – Marie Gustave Le Clézio

Premio Nobel de Literatura 2008

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