SOS Racismo pedirá una reunión al Ayuntamiento de Donostia para esclarecer los incidentes del bar Balaklava

donostia. El juzgado de instrucción número cinco de Donostia ha abierto diligencias previas contra los dos hosteleros detenidos el pasado domingo en el barrio de El Antiguo por la Guardia Municipal. Araceli R. y Sandro R., que fueron puestos en libertad sin fianza el lunes, han sido acusados de un “presunto delito de atentado” contra la autoridad, que, según el Código Penal, se castiga con condenas de entre dos y cuatro años de cárcel. La pareja, que regentaba el bar Balaklava, es acusada de haber infligido, supuestamente, lesiones a los dos agentes que se personaron en su establecimiento tras una queja vecinal por ruidos.

Los dos imputados, sin embargo, niegan tales acusaciones y han interpuesto, a su vez, una denuncia contra la Policía local de Donostia por haberles agredido tanto a ellos como a su hija, de doce años, que tuvo que ser atendida en Urgencias por “traumatismo facial, dolor abdominal y una crisis nerviosa”.

El auto del juez en el caso contra Araceli y Sandro, al que tuvo acceso este periódico, señala que uno de los agentes implicados en la trifulca tuvo que recibir atención sanitaria por “dolor en la región cervical posterior”, una lesión de “carácter leve” para la que le recetaron Gelocatil y le dieron la baja médica. El otro policía presuntamente agredido presentaba una herida en la mano izquierda y una erosión en un dedo, ambas de “carácter leve”. Asimismo, el parte de Urgencias señala que el guardia “refiere haber sido golpeado con un candado (presentado como prueba por la Policía) en el cuero cabelludo”, aunque, según los médicos, no se aprecian lesiones.

En lo que respecta a la detenida, Araceli tuvo que ser trasladada en dos ocasiones a un centro sanitario durante las 20 horas que estuvo arrestada. En la exploración médica se le detectaron “hematomas en el hombro izquierdo, brazo y antebrazo derechos, mano derecha y región abdominal”, así como “artritis traumática en la rodilla izquierda”. Según su propio testimonio, la lesión de la pierna fue producto de una caída por la escalera del bar tras el empujón de un agente, mientras que los hematomas se los causaron los presuntos golpes que le propinaron.

El documento judicial acredita, igualmente, que agentes de la Er – tzaintza acudieron al lugar de los hechos y encontraron “a una menor en el suelo con un ataque de ansiedad”, en referencia a la hija de Araceli, por lo que solicitaron “una ambulancia que la trasladara al Servicio de Urgencias del Hospital Donostia”.

El auto incluye también informes del Ministerio del Interior en los que se confirma que ni Sandro ni Araceli, ambos de origen dominicano y con residencia legal permanente, tienen antecedentes penales.

concentración de apoyo La acusada, por otra parte, mantuvo ayer una reunión con representantes de la Asociación de Dominicanos de Gipuzkoa y con SOS Racismo de Donostia, a los que se mostró “muy agradecida” por la atención que le han dispensado a ella y a su familia. El colectivo de dominicanos, además, ha notificado ya a las autoridades su intención de convocar una concentración el domingo, a las 17.00 horas en el Boulevard de Donostia, para denunciar el “carácter racista y xenófobo” de la supuesta agresión que sufrieron los dos hosteleros.

Desde SOS Racismo, por su parte, aseguraron ayer que no es la primera vez que reciben quejas por la actuación de la Guardia Municipal de Donostia. Incluso, señalaron, esta asociación ha ofrecido representación legal a dos inmigrantes que denunciaron a la Policía local por casos similares al de Araceli y Sandro. En lo referente a este último suceso, subrayaron que estudiarán el caso y solicitarán una reunión al Ayuntamiento.