Drama en el desierto

‘El viaje de Teo’ relata la historia de niños abandonados en la frontera norte

El Universal, 09-10-2008

cesar.huerta@eluniversal.com.mx


Cada año cerca de 50 mil niños regresan a Nogales, Sonora, luego de que fueron abandonados por sus padres en el desierto, tras su intento de cruzar a Estados Unidos.

Son infantes, algunos dejados a su suerte por los polleros, que llegan de Veracruz, Jalisco, Oaxaca, Chiapas, de cualquier estado que uno se pregunte.

Tomando como base todo esto, el realizador Walter Doehner rodó la cinta El viaje de Teo, la cual llega a la pantalla grande este viernes.

“Es la historia de un niño que se queda parado en la frontera, se trata de un chico que apenas y conoce a su papá y lo pierde en el camino”, explica Doehner.

Teo es interpretado por Erick Cañete, quien tenía nueve años cuando filmó en el desierto sonorense la mayoría de sus escenas.

Fue acompañado por el también niño Andrés Márquez, encargado de dar vida a un pollero que se convierte en amigo del personaje principal. Las temperaturas en la zona fronteriza oscilaban entre los cero y los 35 grados centígrados.

“Empezabas con ocho suéteres y acababas con uno ¡era la locura!”, cuenta Doehner.

“Decidimos filmar en enero porque era la temporada del año donde las serpientes no salen, también pensábamos en eso”, añade.

Cañete y Márquez fueron elegidos después de un casting a más de 200 niños.

Lo más complicado fue encontrar a quien tuviera ciertos rasgos físicos que diera veracidad al niño de familia migrante y aguantara el clima extremoso desértico.

“Había que tomar mucho agua, todo era sofocante, cuando nevó yo estaba feliz”, refiere Cañete, reciente ganador a Mejor Interpretación Masculina en el Festival de Montreal.

Y añade Márquez: “¡Había aire y el polvo lastimaba los ojos!”.

Además, una anécdota para quienes gustan de ellas: hay escenas que fueron filmadas “ilegalmente” en territorio estadounidense. Como el desierto es el mismo en ambos lados y zonas donde no hay quien diga nada, el equipo de producción así lo hizo. “Les dijimos a los niños, obviamente cerca y ellos estaban encantados, después de todo esto de la película era un juego para ellos y esa es importante, la tesis de la película es que, siendo niño, puedes superar todo, aunque no entiendas bien lo que ocurre”, dice Doehner.

 

 
 

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