Riada de inmigrantes en las aulas
ABC, 09-10-2008POR ÁNGEL MARÍN
BARCELONA. «Una oleada de niños recién llegados ha saturado las aulas, desde P – 3 hasta tercero de primaria», denunció ayer José Elbaile, director del colegio público Folch i Torres de Badalona. El 35 por ciento de los 450 alumnos de esta escuela son inmigrantes – 57 sudamericanos, 39 chinos, 19 árabes, 13 pakistaníes y el resto de otras nacionalidades – porque el centro está emplazado en la frontera, la calle Wagner, con el municipio de Santa Coloma de Gramenet. El fenómeno de la reagrupación familiar ha desbordado las previsiones de escolarización de todos los centros docentes ubicados en los barrios periféricos con alta densidad de inmigrantes .
Desde el 1 de septiembre hasta el inicio del curso escolar – fuera del periodo de matriculación – , el colegio Folch i Torres se ha visto obligado a acoger a 20 niños más, once de ellos de origen chino, pese a que la ratio del centro está por encima del límite establecido de 25 alumnos por aula. «No podemos acoger a nadie más en nuestro centro porque ya no disponemos de espacios, recursos y profesores para atender la escolarización de los recién llegados», aseguró Elbaile, uno de los 30 directores de colegios públicos de Badalona que se han plantado contra la sobreocupación en las aulas.
La carta de los directores
Los responsables de estas escuelas enviaron el pasado martes una carta al departamento de Educación en la que se niegan a matricular a ningún niño más por encima de la ratio legal. El gobierno catalán, sin embargo, exige a los colegios sublevados que acepten de forma regular – y no excepcional – una ratio de 28 alumnos por clase. Una petición que los directores no están dispuestos a asumir.
«No estamos en contra de la universalización de la educación, pero necesitamos más profesores y más material adaptado para niños cuya lengua materna no sea románica», subrayó Elbaile tras puntualizar que los «primeros perjudicados» de las carencias del sistema educativo catalán son los niños recién llegados. «Son como muebles en un rincón». Con estas palabras, el director describe la poca participación en clase de los niños que llegan sin conocer nada del idioma de la sociedad de acogida.
«Las aulas de acogida son del todo insuficiente», concluyó el director después de explicar que los 120 alumnos inmigrantes del Folch i Torres sólo pasan dos horas semanales, de las treinta que van al cole, en este espacio diseñado especialmente para ellos.
La saturación de las aulas también afecta negativamente a los autóctonos por «la lenta» adaptación de los inmigrantes al idioma y al sistema educativo catalán. «Nosotros no somos racistas, pero lo cierto es que la calidad de la enseñanza se resiente con la llegada de alumnos inmigrantes por la falta de espacios y profesores preparados para atender las necesidades educativas de los niños recién llegados», explicó Regina Sánchez, portavoz de la asociación de padres de alumnos del Folch i Torres.
Para solucionar esta situación, la conselleria de Educación propone crear aulas cíclicas para agrupar en una clase a los alumnos de P – 3. P – 4 y P – 5 durante un curso. La iniciativa de la Generalitat ha generado todavía más inquietud y preocupación ente los padres.
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