Tres años después de la explosión de las banlieues de París, John Travolta iniciará el próximo día 14 el rodaje de From Paris with love (Desde París con amor) en uno de los barrios donde estalló la violencia, la cité de Bosquets de Montfermeil, en el departamento de Seine – Saint – Denis, al norte de la capital. Travolta encarna a un agente secreto norteamericano enviado a París en misión arriesgada, en la que le ayuda un infiltrado protagonizado por el británico Jonathan Rhys – Meyers. El rodaje es otra iniciativa del productor y director francés Luc Besson en favor de las banlieues.
La primera consecuencia es que en la película, dirigida por Pierre Morel, participarán 100 figurantes elegidos en un casting entre habitantes de Montfermeil. Besson, el productor francés más internacional, autor de superproducciones como El gran azul, acomete desde hace tiempo diversos proyectos en las banlieues. El más importante es la Ciudad del Cine, que acogerá en Seine – Saint – Denis un gran complejo de estudios cinematográficos a partir del 2010.

“Memoria de un territorio”
El año pasado, Besson organizó en La Courneuve, Sarcelles y Clichy – sous – Bois proyecciones de las películas que en ese mismo momento se pasaban en el festival de Cannes, y este año acompañó la experiencia con conciertos de rap en localidades como Grigny, Aulnay – sous – Bois y Pantin. Dentro de unos meses se estrenará un documental que Besson rodó sobre los últimos graves incidentes de la banlieue, los ocurridos en Villiers – le – Bel en noviembre del 2007.
Besson cree que estos barrios “son el verdadero tesoro” de Francia y que sus habitantes tienen “dignidad, mucha dignidad”. “Eso es lo que impide que el país explote, porque se les ha dado todo: la pólvora, la mecha y el mechero”.
De la misma opinión es la realizadora de origen argelino Yamina Benguigui, que ha dirigido el documental 9/3, Memoria de un territorio, en el que cuenta la historia del 93, el número de departamento que corresponde a Seine – Saint – Denis, desde que en la zona se implantó el primer polo industrial a finales del siglo XIX hasta su situación actual, donde se concentran todas las tensiones sociales de Francia. “En mi filme, todo el mundo es muy digno; la base de mi trabajo es la dignidad humana”, asegura Benguigui. El documental se estrenó el 29 de septiembre en Canal + y pronto se proyectará en las salas de cine.
Benguigui tuvo la idea del filme al escuchar en un cine el grito en árabe “¡Tahya le 9 – 3!” (¡Viva el 9 – 3!) durante los disturbios del otoño del 2005. A través de 200 entrevistas, Benguigui repasa desde la llegada, hace más de un siglo, de emigrantes de otras zonas de Francia y de Europa – – una mujer de origen español explica la dificultad de los matrimonios mixtos – – , hasta el establecimiento masivo de africanos y magrebís en los años 70 del siglo XX. Bosquets, donde rodará Travolta, está presente.
Con mucha industria instalada, el 93 es, sin embargo, el departamento con la población más pobre de Francia (el 18% vive bajo el umbral de la pobreza) y con las tasas de natalidad y de mortalidad infantil más elevadas. Hasta los años 50 no había ningún instituto. De los cerca del millón y medio de habitantes, 440.000 son extranjeros de 165 nacionalidades. Casi el 30% de la población tiene menos de 20 años y el 36% de los pisos son viviendas sociales. En el primer semestre de este año, hubo 67.000 actos delictivos (400 diarios), aunque la cifra bajó un 5,87% con relación al 2007.

Gueto urbano
Las cités de Seine – Saint – Denis, como las banlieues de muchas otras ciudades de Francia, se han convertido en auténticos guetos. El libro Ghetto urbain (Gueto urbano), que trata de la segregación, la violencia y la pobreza en la Francia de hoy, como dice su subtítulo, se atreve a poner en la portada la palabra maldita. Escrito por el sociólogo Didier Lapeyronnie tras cuatro años de investigación, define el gueto como “un lugar donde esta población ha acabado por fabricar modos de vida particulares, visiones del mundo organizadas alrededor de valores que le son propios”. El gueto es “producto de la segregación racial, de la pobreza, de la relegación social” y también “un territorio urbano aparte en el que la población ha elaborado un modo de vida particular, un contramundo específico que la protege colectivamente de la sociedad exterior”, dice Lapeyronnie.