El diálogo interreligioso se presenta como una de las herramientas contra el fanatismo. He aquí una iniciativa valiente: llevar una Biblia y fomentar su lectura nada más y nada menos que en un Centro Cultural Islámico, como sucedió ayer en Valencia, donde por primera vez se celebró este acto que se suma a otros veinte monasterios y parroquias (católicos, ortodoxos y evangélicos) de la Comunidad, una iniciativa del sacerdote de Burjassot Miguel Ángel Vives. La imagen de una joven musulmana ataviada con el velo y sumida en la lectura de las Sagradas Escrituras no es ni provocación, ni profanación (como pudieran esgrimir radicales islámicos) sino un síntoma de normalidad y convivencia pacífica de dos sociedades condenadas a entenderse. «Una señal de fraternidad».