Los empresarios prefieren apalabrar el contrato de trabajo de un año a otro

laguardia. Los corquetes han comenzado su sinfonía entre los viñedos alaveses al recibir la señal de salida por parte de los enólogos. Lapuebla de Labarca, Elciego, Laguardia, Moreda… Se despertaron ayer con los tractores prestos para partir hacia las parcelas, para vendimiar en aquellos lugares en los que los técnicos habían sentenciado que se podía comenzar a trabajar.

Como se temían los viticultores, este año las plazas de los pueblos no tienen la alegría de otros años. El miedo a contratar con cuadrillas controladas por mafias, sobre todo de portugueses, ha obligado a los agricultores a fijarse mucho antes de cerrar un trato con algún grupo y la mayor parte los viticultores que han contratado cuadrillas han mirado “hasta debajo de las sábanas” para que todo fuera legal, según comentaba un agricultor de Elciego. También se esperaba que, dada la situación de crisis, acudieran a la vendimia trabajadores de otras partes del Estado, pero no ha sido así, ya que la mayor presencia se corresponde a portugueses, marroquíes y senegaleses.

Muchos de ellos, al no conocerlos en las localidades, se han quedado esperando en las plazas, confiando que quizás, cuando comiencen las prisas por terminar, puedan arañar algún jornal. Por cierto que, la mayor parte de los senegaleses están entrando desde La Rioja, concretamente desde Nájera, donde suelen pernoctar, principalmente en viejos edificios abandonados, y posteriormente entran a Rioja Alavesa por Elciego.

Otros muchos lo que están haciendo es llenar los tablones de anuncios de los pueblos con letreros de contacto ofreciendo cuadrillas, pero esto hace desconfiar a los agricultores, que prefieren ver personalmente a sus interlocutores. Lo cierto es que cada vez más, los empresarios prefieren apalabrar de una campaña a la siguiente el contrato de trabajo con la cuadrilla que le ha trabajado bien.

Las vendimias selectivas que se están realizando se generalizarán el próximo fin de semana, coincidiendo con el Pilar, como es tradicional, y se prolongarán hasta los primeros días de noviembre, fecha en la que se suele terminar en Labastida.