Detenido un hombre tras confesar el asesinato de su mujer en Santurtzi

la víctima, de 26 años, fue hallada en su cocina con los pies y manos atadas Se trata de la quinta víctima mortal de 2008 a manos de su pareja en la CAV

Diario de noticias de Gipuzkoa, Idoia alonso, 06-10-2008

Santurtzi. La sin razón de la violencia machista ha vuelto a asestar un duro golpe, esta vez en Santurtzi. Sobre las 16.00 horas de ayer, la Ertzaintza encontró en la cocina de su casa el cuerpo sin vida y maniatado de una joven de origen africano de tan sólo 26 años. “Una chiquita, menudita y con una cara de ángel”. Se trata de la quinta víctima mortal a manos de su pareja sentimental que se ha registrado en Euskal Herria en lo que va de año, la primera en Bizkaia.

El presunto homicida es su marido, un santurtziarra de 32 años, conocido en el barrio de La Viñas por la turbulenta relación que mantuvo con su ex-mujer, con la que tuvo un hijo. No han trascendido las causas del asesinato, sólo que la mujer fue hallada con los pies y manos atadas así como con rastros de sangre en el suelo de la cocina.

Un amigo común de la pareja fue quien alertó a la policía. La Ertzaintza se personó en el piso del matrimonio, situado en el número 11 de la calle Ramón y Cajal. Momentos después detuvo en las inmediaciones del edificio al presunto homicida cuando circulaba en el interior de su coche. Según informaron fuentes de Interior, los agentes interrogaron al varón, que visiblemente nervioso se derrumbó y confesó su participación en el crimen. Durante varias horas, la policía científica de la Ertzaintza estuvo en el interior del domicilio conyugal en busca de pruebas. Sobre las 19.30 horas abandonaba el lugar el juez, ante una nube de curiosos que no podía ocultar el horror por lo sucedido. La incredulidad de los primeros momentos se fue transformando en indignación entre los vecinos de un barrio en el que circulaban todo tipo de rumores sobre la pareja que, al parecer, tenía una niña de tres años. “Es una vergüenza”, relataba Maite, mientras disimulaba los nervios apurando un cigarro.

muy conocido El agresor era muy conocido y regentaba un negocio de electricidad en el que reparaba televisores y pequeños electrodomésticos y con el que, al parecer, ayudaba a mantener a su padre. “Parecía un buen chico”, comentaba un vecino. “Como todos estos asesinos”, le respondía otra. El relato de las vecinas de la puerta contigua al de la fallecida era estremecedor y describía el infierno de esta joven de 26 años. “De esa casa salían gritos continuamente. No había día en el que no escuchásemos una pelea”, afirmaron. “Ella apenas salía de casa y solía llevar peluca, a él le veíamos más, aunque apenas teníamos relación”, añadieron. Silencio y cara de consternación por respuesta a la pregunta de si creían que la historia podía acabar así. Quien fue más explícita fue una pareja que conocía bien al supuesto asesino. “Esto se venía venir, el chico era de armas tomar”, aseguró esta última.

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