Treinta colegios tienen ratios por encima del 30%, punto a partir del cual existe peligro de que se conviertan en guetos

donostia. La integración del alumnado inmigrante y su distribución equitativa entre la red pública y la concertada es uno de los principales retos a los que se enfrenta el sistema educativo vasco. La llegada progresiva de personas venidas de fuera está siendo un proceso imparable. Hoy en día, este colectivo supone el 5,4% de la población, pero el número se duplicará en los próximos cinco años.

El Departamento de Educación se comprometió hace un año a que ningún centro sustentado con dinero público concentrara más de un 30% de alumnos extranjeros. Distintos estudios advierten de que, a partir de ese porcentaje, se puede producir “una ruptura social” . Llegan entonces la segregación y la guetización . En este momento, existe una treintena de colegios en Euskadi que acoge “más de un 30% de alumnado inmigrante”, según admite la propia consejería.

Un total de 20.808 menores inmigrantes han comenzado el curso escolar, 4.000 más que el curso anterior. No obstante, no se ha logrado corregir el desequilibrio para repartir este alumnado entre la red pública y la concertada. El 66% de este colectivo estudia en la red pública y el 34% en la concertada. Estas cifras evidencian que la concertada recibe menos extranjeros de los que le correspondería. Desde ciertos agentes educativos atribuyen esta descompensación a las reticencias que ponen algunos centros concertados a la hora de acoger a esta población. Educación elude hablar de “reticencias” de los centros concertados, pero, sin embargo, asegura que se ha constatado la presencia de “interferencias” en ciertos centros a la hora de aplicar los criterios de admisión de estos chavales.

Los datos son muchos más contundentes que el punto de vista oficial del departamento. En más de la mitad de los centros concertados (55%), la presencia de alumnado inmigrante es inferior al 5%, mientras que una treintena concentra más del 30%. Las mismas fuentes insisten en que Educación intenta que esos centros reciban menos alumnado inmigrante, “aunque ello no es siempre posible”. Y es que los padres y madres del alumnado, inmigrante o no, tienen derecho de escolarizar a sus hijos donde deseen. Sin embargo, en las incorporaciones que se realizan fuera de plazo a lo largo del curso, las posibilidades se restringen.

la solución Al margen de ejercer mayor control en las matriculaciones, el Gobierno vasco opina que la solución también puede venir de la mano de los propios centros concertados. “La red concertada se ha dado cuenta de que el crecimiento del alumnado se está produciendo por la venida de alumnado emigrante y, en muchos casos, son los máximos interesados en acoger a estos alumnos”, señalan. El Ejecutivo baraja duplicar la tendencia de los últimos tres años con el objetivo de “lograr un equilibrio del 60% – 40% entre la red pública y la concertada para el año 2010”.

En esa fecha, los problemas de integración serán probablemente los mismos que en 2008 y los mismos que hace una década. Las principales dificultades “son de tipo lingüístico y curricular, por el desconocimiento del castellano y euskera, y por la diferencia entre la cultura mayoritaria del nuevo entorno y la cultura en que han vivido en sus familias de origen”.

Actualmente se ofrecen refuerzos lingüísticos y educativos para paliar las dificultades de adaptación al sistema educativo vasco. Hay 275 profesores para refuerzo lingüístico. También se subvenciona con ayudas económicas a los centros concertados para atender al alumnado en la misma situación. Por otra parte, se ha creado la figura de los coordinadores de interculturalidad en los centros que tienen un porcentaje considerable de alumnado inmigrante. En este curso que apenas acaba de echar a rodar, 48 centros públicos disponen de este recurso, mientras que los centros concertados comenzarán a recibir ayudas económicas para su creación.

17,8 millones El presupuesto que hay destinado este año al Programa de Interculturalidad asciende a 17,8 millones de euros. Entre otros objetivos, se persigue la inclusión de estos niños y sus familias en la comunidad educativa, así como facilitar el aprendizaje de los idiomas. También se desarrollan proyectos de colaboración con los ayuntamientos vascos con el fin de favorecer la inclusión de todos los miembros de la comunidad educativa y lograr así una mayor cohesión social. Igualmente, se organizan clases en horario no lectivo para el aprendizaje de las lenguas familiares de la comunidad escolar.

Pese a los esfuerzos realizados para que el alumnado inmigrante aprenda castellano y euskera, una gran parte opta por el modelo A, sólo en castellano. ¿Cómo afectará a este colectivo la reforma de los modelos lingüísticos? En unas recientes declaraciones, el consejero de Educación, Tontxu Campos, hacía la siguiente reflexión: “Como en todos los lugares del mundo. Cuando uno se tiene que marchar de casa en busca de un futuro mejor, tendrá que aprender la lengua. Pero el problema no suele ser con el alumnado inmigrante. Las familias inmigrantes tienen claro que no les queda más remedio que convivir. Debemos enfrentar esta realidad desde la perspectiva de la convivencia”.

Respecto a la distribución del alumnado recién llegado, Campos señaló que “las familias inmigrantes y no inmigrantes tienen los mismos derechos, y no me he planteado nunca repartir al alumnado no inmigrante”. Matizó que “esto no significa que a través de los criterios de escolarización no se intente incorporar el alumnado a aquellos centros donde entendemos que se va a educar de mejor forma, pero siempre como invitación, no como una imposición”. “Siempre respetando la voluntad de las familias”, añadió.

CURSO 99 – 00 00 – 01 01 – 02 02 – 03 03 – 04 04 – 05 05 – 06 06 – 07 07 – 08

2.094

2.937

4.118

5.955

8.647

11.515

13.875

16.661

20.808