DESDE BÉLGICA VICTORIA DORTA S.
Rumbo a El Dorado: una historia interminable
El Día, 05-10-2008Nuestras islas, y en concreto Tenerife, han sido noticia estos días en la prensa europea y no precisamente porque se halla comentado sobre las bellezas naturales del Archipiélago Afortunado, que son muchas, ni tampoco porque se haya recomendado el maravilloso clima que posee – esto último ya lo han hecho en infinidad de ocasiones – . Ahora, sin embargo, Canarias es noticia cada vez con más frecuencia por otra razón muy diferente: la llegada de pateras, cayucos y barcos negreros. Según los expertos, en lo que va de año han llegado a nuestras costas más de siete mil inmigrantes irregulares, de los que más de la mitad lo han hecho a Tenerife; a la vista esta que nuestros sistemas de vigilancia funcionan a las mil maravillas. Un día sí y otro también – casi – esas barcazas fletadas por mafias sin escrúpulos con su dolorosa carga de seres humanos que huyen de la miseria se cuelan en nuestras (?) aguas con una facilidad que asombra a propios y extraños. ¿Y por qué ocurre esto con tanta frecuencia y no se pone remedio a esta situación cuanto antes?, cabe preguntar. La respuesta creo que ya la sabe todo el mundo; nuestra tierra no tiene los espacios marítimos delimitados, lo que sin duda y por desgracia no deja de ser atractivo a los ojos de los que trafican con esa pobre gente, que lo único que quieren es llegar “a toda costa” al paraíso prometido, a esa especie de El Dorado imaginario que no existe, simplemente porque ese supuesto paraíso tiene sus propios problemas, que por cierto no son pocos:
– una sanidad que deja mucho que desear, con listas de espera indignas del primer mundo.
– una enseñanza rica en fracaso escolar.
– agricultura, ganadería, pesca, etc, en el baúl de los recuerdos, a la espera de ser impulsadas.
– una población que aumenta de forma desmesurada, sin tener en cuenta la extensión del territorio isleño, lo que sin duda, y de seguir así, afectaría a nuestra calidad de vida, de hecho ya lo está haciendo.
– la delincuencia en lugar de disminuir hace todo lo contrario.
– el paro, tres cuartos de lo mismo; etc, etc.
La solidaridad es un deber y a la vez una virtud que dignifica a todo ser humano, sí señor, y nosotros los canarios somos por naturaleza un pueblo solidario, hospitalario, amable; lo hemos demostrado a lo largo de la historia y lo seguiremos demostrando cuantas veces haga falta, pero ¿no creen nuestros políticos, en general, que primero hay que resolver nuestros problemas internos – para evitar que pasen a un segundo plano – , y luego brindar toda la ayuda que sea necesaria siempre dentro de nuestras posibilidades, a todos los que nos la pidan?
Una inmigración regulada y planificada, es decir que esté en función con las demandas de empleo, crea riqueza, por lo menos ese es el deseo y el gran reto de los países desarrollados; la fórmula contraria sería negativa para la salud de cualquier economía, y no es que lo diga yo, si no que así lo reflejan algunas encuestas.
¿No sería mejor que a nivel europeo los políticos se pusieran de acuerdo de una vez por todas e invirtieran lo suficiente – sobre todo en los países del África negra más necesitados – para que esos seres humanos no se vean obligados a dejar su tierra por culpa de la miseria?
La imagen de nuestras islas en el exterior es muy importante, no olvidemos que el turismo es nuestra primera fuente de ingresos. A los canarios nos ha costado mucho lograr que nuestra tierra sea en la actualidad uno de los primeros destinos turísticos internacionales y debemos seguir siéndolo, pues vivimos del turismo.
victoriadorta@live.be
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