El censo de nómadas en Italia está casi concluido, y el número de personas censadas – entre gitanos y no gitanos extracomunitarios e italianos- ha resultado menor a lo esperado por el Gobierno de centroderecha que preside Silvio Berlusconi. “Estamos ultimando la investigación, pensábamos que los nómadas serían 120.000, pero son menos – asegura el ministro del Interior, Roberto Maroni, en una entrevista que publica hoy el semanario L´Espresso-.Muchos se han ido a la más permisiva España de Zapatero”.

Maroni no da cifras concretas, pero arremete así contra el Ejecutivo socialista español, con quien vivió un rifirrafe diplomático el pasado mayo cuando la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega calificó de xenófoba la política de inmigración italiana. En aquella época se registraron asaltos a campamentos de gitanos en Nápoles, y poco antes trascendió que sería elaborado un censo de nómadas en Roma, Milán y Nápoles, lo cual levantó sospechas de que podría tratarse de un cómputo de gitanos, habitantes mayoritarios de campos de nómadas. La controversia creció cuando Maroni habló de la posibilidad de tomar las huellas dactilares a los niños gitanos, si es que no existía otra forma de identificación posible.

“No hemos pensado nunca en un fichaje sobre base étnica; basta ir a la gaceta oficial del 31 de mayo, donde está escrito: señas personales y foto”, afirma Maroni (Liga Norte), quien sostiene que ha habido “una campaña de denigración” al respecto. Ahora que el censo – parcial, pues se refiere sólo a tres ciudades- está casi listo, el titular de Interior dice: “En los campos nómadas hemos encontrado gitanos de origen rumano, gitanos de origen italiano, extracomunitarios no gitanos, e italianos, es decir, de todo”.

En los campos hasta ahora censados, se ha visto que “la mitad de la población está formada por menores sin padres, y los mandaremos a la escuela”, dice Maroni, quien, según un reciente sondeo de IPR Marketing para el diario La Repubblica,es el ministro más apreciado del Gabinete (62% de los italianos). Le sigue Berlusconi (60%). Según Maroni, eso indica que apoyan la medida también los votantes de izquierdas.

Aunque el pasado julio la Eurocámara criticó el censo de nómadas, a primeros de septiembre la Comisión Europea no vio indicios de que se realizara sobre base étnica o religiosa. Maroni respiró, aliviado.