D. Menor/R. Ruiz
Roma/madrid – Los gitanos de Europa del Este que han huido de Italia debido a la «mano dura» mostrada por el Gobierno de Silvio Berlusconi se han refugiado en España. Ésa es la opinión del ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, que en una entrevista en el semanario «L?espresso» afirma que el número de nómadas residentes en el país transalpino ha disminuido porque muchos se han trasladado «espontáneamente a la más permisiva España de Zapatero».
Las palabras de Maroni reavivan la crisis diplomática sufrida entre ambos países la pasada primavera a cuenta de las distintas formas de abordar la inmigración. Entonces, a las acusaciones de María Teresa Fernández de la Vega sobre la «xenofobia» con que se trataba a los extranjeros en Italia, Roma contestó diciendo que quien aplicaba «la mano más dura, es más, durísima» contra los inmigrantes era España.
La embajada de Rumanía en España niega, sin embargo, que los gitanos a los que se refiere el Gobierno de Berlusconi hayan venido a España basándose en los datos que maneja el Ministerio del Interior español.
Petre Roman, del Alto Comisionado Rumano para la Emigración, manifestó ayer tras mantener un encuentro en Madrid con el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que las afirmaciones del mandatario italiano son «una mala contribución a la Europa que se quiere construir, una UE fuerte, pero no solamente entre España, Italia y Francia, sino también con Rumanía». A su vez, el titular de Trabajo pidió al Gobierno de Silvio Berlusconi que centre su discurso político en el Pacto Europeo de Inmigración.
El representante del Gobierno rumano aprovechó su visita a España para negociar con el Gobierno español el retorno de inmigrantes rumanos que se encuentran desempleados. Según Roman, en España hay ya 24.000 ciudadanos del país del este en paro, que representan el 10 por ciento de los rumanos que cotizan a la seguridad social. Según el acuerdo alcanzado ayer, el Ministerio de Trabajo estaría en disposición de firmar un protocolo con el país del este de tal manera que España aportaría la infraestructura para que los rumanos desempleados puedan informarse de las ofertas de trabajo de su país de origen.
Aunque aún no se han concretado los detalles, en principio la información sobre la demanda laboral y el asesoramiento podría obtenerse en las oficinas del INEM, que pondrán en contacto a los trabajadores rumanos con los servicios de empleo de su país. «La medida ayudaría a reducir la presión de paro que sufre España y sacaría de la economía sumergida a muchos rumanos», explicó a LA RAZÓN Petre Roman.
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