Italia ha perdido una gran parte de los 120.000 gitanos que todas las fuentes enumeraban hasta el pasado julio, porque se han ido a España. Esto es lo que dice el ministro del Interior, Roberto Maroni, de la Liga Norte, que en una entrevista al semanario LIEspresso, titulada “Dios perdona, Maroni no”, ha afirmado de los gitanos: “Muchos se han ido espontáneamente a la más permisiva España de Zapatero”.
El mismo fenómeno estaría afectando las prostitutas callejeras de ciudades como Roma, Verona, Padua y Vicenza. La ley sobre la prohibición de prostituirse públicamente todavía debe pasar por el Parlamento, pero los alcaldes de estas localidades ya han empezado a aplicarla, provocando una espantada de estas mujeres hacia España que ha sido reseñada esta semana por varios reportajes de la prensa italiana.
En la larga conversación con el semanario, Maroni, convertido en el político más apreciado de la Liga por su determinación en que se apliquen las leyes sobre seguridad y orden público, sale al paso de las críticas internacionales por la toma de huellas digitales a los gitanos en su país. “No lo hemos pensado nunca, nunca hemos pensado en un fichaje sobre bases étnicas”, afirmó, silenciando que en las fichas usadas en la ciudad de Nápoles se registraran la etnia y la religión, según la fotocopia de una de ellas entregada a la prensa local por la Comunidad de San Egidio.

DECRETO LIMADO Tras la repulsa suscitada en la Comisión Europea y el Parlamento, el decreto del Gobierno italiano fue limado y el fichaje se transformó en censo genérico. De hecho, el BOE del 31 de mayo estableció que los comisarios debían realizar “relieves fotomagnéticos” y recurrir a las huellas digitales solo en el caso de que no existiese otra manera de identificarles, principalmente a los menores. Maroni explica haber “resistido frente a la campaña denigratoria y haber tenido razón”. Para apoyar sus tesis, cita un sondeo publicado por el diario enemigo La Repubblica: el 62% de los italianos comparten la decisión.
El censo impuesto por el Ministerio del Interior para los gitanos debería estar listo para mitad del mes, pero Maroni adelanta en la entrevista que sale hoy a la venta en los kioscos italianos que “son muchos menos” de los 120.000 que se pensaba inicialmente.
España no tardó en reaccionar a los nuevos excesos verbales de Maroni. Fuentes de la Moncloa subrayaron que “la política española está de acorde con los principios generales de la UE y no distingue entre gitanos, peruanos, chinos o rumanos”, informa Pilar Santos. “Nuestra ley de extranjería sigue los principios de la política europea en inmigración”, reiteraron las mismas fuentes, lanzando una nada velada acusación al Gobierno italiano y resaltando las abismales diferencias en este ámbito entre Madrid y Roma.