Rioja Alavesa activa las infraestructuras para los temporeros que trabajarán en la presente vendimia

al sector bodeguero le preocupa la falta de mano de obra en el momento clave de la temporada

Diario de noticias de Alava, pablo josé pérez , 02-10-2008

laguardia. La Oficina de Atención al Temporero, en Elciego, ya ha abierto sus puertas para atender las necesidades de estos trabajadores en la comarca. No obstante, de momento, la afluencia de estos peones agrarios es casi nula ya que la vendimia no ha comenzado.

Esta oficina, instalada en la plaza Mayor de la localidad, abre sus puertas de 9.00 a 14.00 y de 15.00 a 17.00 horas. Está atendida por dos personas. Una se responsabiliza de los asuntos relacionados con la Seguridad Social y su Tesorería y la otra de la información socio-laboral y del asesoramiento en materia de prevención de riesgos laborales.

El hecho de que no haya comenzado la vendimia es una explicación a la falta de personas interesándose por sus derechos o necesidades sociales o laborales. Pero también es cierto, y así se habla entre grupos de viticultores y de bodegueros, que se ha creado un estado de miedo a contratar a personas organizadas por grupos ante el riesgo de que estos estén controlados por grupos mafiosos, tratantes de trabajadores. De hecho, durante todos estos años, era frecuente ver desde la segunda quincena de septiembre grupos de temporeros en las plazas de Rioja Alavesa o a la entrada de grandes bodegas. Y esos grupos, este año, no existen.

Los citados grupos ya son muy reducidos en localidades de la región vecina, especialmente en Fuenmayor, municipio cuidadosamente controlado por la Guardia Civil, ya que en él se han producido varias detenciones de bandas portuguesas que mantenían esclavizados a compatriotas suyos. Precisamente desde este municipio se les enviaba a vendimiar a Rioja Alavesa para burlar los controles de la Benemérita.

La falta de mano de obra preocupa a los vitivinicultores. Algunos, como Luis Cañas o Marqués de Riscal optaron hace tiempo por contratar cuadrillas de gente de confianza, incluso en el país vecino, a los que además del sueldo se les ofrece alojamiento en las propias bodegas y manutención.

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