FRANCESC BRACERO – Barcelona

MODELOS PARA LOS NIÑOS Por su influencia en el público infantil, la actitud de las estrellas resulta fundamental

UNA ACTITUD COMPROMETIDA Se podría disminuir el fenómeno ultra si sintieran en la cara el rechazo de sus ídolos
Han pasado más de 16 años desde que una bengala mató a un niño en el desaparecido Estadio de Sarrià y es evidente que el fuego de aquella tragedia no sirvió para acabar con el comportamiento peligroso de los ultras, como pudo comprobarse el sábado durante el derbi entre el Espanyol y el Barça. Al margen de las responsabilidades directas sobre lo sucedido en Montjuïc, los incidentes dejan al descubierto el papel de los futbolistas. ¿Combaten los jugadores con suficiente implicación la violencia en las gradas?

Un día después del derbi, la directiva del Espanyol amagó con denunciar ante el Comité Antiviolencia a los jugadores del Barça que celebraron sus goles con gestos hacia la parte del graderío en la que estaban los radicales barcelonistas, aquellos que habían lanzado bengalas contra el público del Espanyol. Los dirigentes blanquiazules apuntaron a Thierry Henry y a Gerard Piqué como culpables de incitar a la violencia.

Es posible que ambos ignorasen lo que pasó en esa parte de la grada y que, a la hora de celebrar los goles, sólo se les ocurriera dirigirse a la única parte del estadio donde había aficionados del Barça. La cuestión es: ¿qué hacen en general los ídolos del fútbol para combatir actitudes como las de los boixos nois? Los expertos creen que deberían mojarse más.

Tras el derbi, el capitán del Barça, Carles Puyol, pidió disculpas en nombre del equipo si alguien se había sentido ofendido por la celebración y declaró que ni él ni sus compañeros se sentían representados por los boixos nois. El psicólogo Javier Urra, que fue el primer Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid, opina que esas palabras del defensa azulgrana “valen mucho”. “La llave de la solución sería, en gran medida, el rechazo de los violentos por parte de los deportistas”, asegura.

Urra explica que “para un joven el modelo nunca es una institución, siempre es una persona mediática”. Los deportistas y en especial las figuras del fútbol, son clave. Por eso, según el psicólogo, “tienen la obligación ética de dar un paso adelante”.

Como apunta el sociólogo Javier Elzo, “se podría disminuir la influencia de estos grupos violentos si sintieran en su cara el rechazo explícito de sus ídolos”. Este catedrático de la Universidad de Deusto sostiene que “con el dineral que les pagan a estos jugadores y la consideración social que se les da, deberían devolver una parte a la sociedad” con un mayor compromiso constante contra los aficionados ultras.

“La responsabilidad de estos ídolos es muy grande, aunque la más importante es la de los clubs”, señala Elzo. A su juicio, el Barça hubiera debido amonestar de alguna forma a sus jugadores, ya que “no se puede dejar de tener en cuenta que su comportamiento tiene una influencia en una parte , aunque no en la mayoría, de la juventud”.

El psicólogo clínico y psicoanalista José Ramón Ubieto advierte además que las estrellas del fútbol “tienen una responsabilidad, como personajes públicos, en transmitir actitudes y posiciones éticas”. "Cualquier inhibición o ambivalencia ante la violencia – concluye- tiene una repercusión negativa.

El ex jugador y ex entrenador del Barça Carles Rexach exculpa a los jugadores azulgrana por su celebración de los goles, porque durante el partido estaban concentrados en el juego. “Ni se enteraron sostiene de que allí estaban los violentos. Lo que ocurre con todo esto es que cada uno busca su ventaja y echar las culpas a otro. El problema es que nadie toma las decisiones que hay que tomar, que es no dejar entrar a los violentos en los campos”.

Un ex jugador del Espanyol, Joan Golobart, defiende que “los ídolos son una herramienta que tiene que utilizar la sociedad para combatir la existencia de estos grupos violentos”. Y apunta a una responsabilidad compartida: “Tenemos que conseguir entre todos que estas figuras aporten más valor a la sociedad, no sólo que los chavales vayan a ver sus coches de lujo”.

Como ejemplo de inhibición, baste decir que un ex jugador del Barça al que se le pidió su opinión para este artículo eludió darla porque se sentía incómodo.