Las remesas que envían a su país los mexicanos que viven en el extranjero bajaron en el mes de agosto un 12,16 por ciento, su peor caída desde que el Banco de México comenzó a registrar este rubro en 1995. El monto de los envíos de los mexicanos residentes en el exterior –la mayoría, en Estados Unidos– fue de 1.937 millones de dólares, frente a los 2.205 millones de agosto de 2007. En los primeros ocho meses del año en curso, los envíos ascendieron a 15.552 millones de dólares, un 4,17 por ciento menos respecto al mismo periodo del año anterior.
“La prolongada desaceleración de la actividad económica en Estados Unidos ha impactado adversamente las oportunidades de empleo en ese país y, consecuentemente, las de los migrantes mexicanos. El debilitamiento de la actividad económica en Estados Unidos ha sido más agudo en los sectores donde hay una mayor presencia relativa de trabajadores migrantes mexicanos, tales como la industria de la construcción y el sector manufacturero", detalló en un comunicado el Banco de México. El flujo de remesas también se frenó por mayores controles laborales y migratorios en Estados Unidos.
La entidad central dijo que en Estados Unidos los trabajadores mexicanos inmigrantes representaron en el periodo julio-agosto el 13,8 por ciento de la fuerza laboral en la industria de la construcción y el 7,3 por ciento de la de manufacturas, además de que representan el 5 por ciento de toda la fuerza laboral en ese país. Según estimaciones oficiales, más de 400,000 mexicanos emigran anualmente a Estados Unidos en busca de empleos mejor remunerados.
En el 2007, las remesas alcanzaron una cifra récord de 23.979 millones de dólares, un 1 por ciento más que en e2006. Las remesas son la segunda fuente de divisas de México, después de las exportaciones de petróleo, y compiten con la inversión extranjera directa en el país.