Menos de veinticuatro horas. El Gabinete Lazcoz apenas ha tardado un día en desalojar a las tres familias rumanas que sobrevivían desde marzo en dos chabolas asentadas junto al cauce del río Errekaleor. Carmen, Nicolai y sus respectivas familias hicieron las maletas a primera hora de la mañana ante el inminente derribo de las chabolas donde habitaban. La excavadora se adentró primero en la caseta más alejada del río, que se encontraba oculta entre unos árboles, para proceder más tarde a la limpieza de la basura y los escombros almacenados.

Las tres familias rumanas salvaron lo que pudieron y, desde la distancia, observaron cómo las máquinas destruían las que habían sido sus viviendas desde marzo. Pese a ello, los desalojados se mostraron contentos, dado que el Ayuntamiento de Vitoria «nos paga el billete a Rumanía», según declararon.

Este extremo, sin embargo, no fue confirmado por el concejal de Asuntos Sociales en el Ayuntamiento de Vitoria, Peio López de Munain. Tras visitar el lugar junto al responsable de Seguridad Ciudadana, José Manuel Bully, y la concejala de Medio Ambiente, Alba Cañadas, el edil socialista explicó que las tres familias desalojadas podrán asentarse en la parcela de Aguirrelanda donde residen otros gitanos rumanos, «siempre y cuando cumplan las condiciones» que se les exigen.

Tres días en el albergue

«Tienen que comprometerse a no agredir a las mujeres, a no practicar la mendicidad o a escolarizar a los hijos», explicó el concejal. De lo contrario, las dos familias que no están empadronadas en Vitoria deberán abandonar la ciudad en tres días. Hasta entonces, podrán dormir en el albergue municipal.

Adoptadas las medidas de desalojo y acogida, Peio López de Munain defendió la gestión del equipo de gobierno municipal después de que el PP, que denunció el martes el caso, le acusara de desidia. «En agosto – explicó el concejal de Asuntos Sociale – ya se les dio un ultimátum. De hecho, enseñaron unos billetes a la Policía Local con fecha cerrada para regresar a Rumanía, pero no fue así», se lamentó antes de acusar al PP de «deslealtad».