LUIS BENVENUTY – Santa Coloma de Gramenet
Un centenar de comerciantes de todo tipo del multicolorido barrio del Fondo de Santa Coloma de Gramenet se ha puesto de acuerdo para, cada jueves, ofrecer descuentos especiales. Mañana el bar Germán servirá café con leche y bocadillo por 2,80 euros. El rápido de la calle Rellotge remendará cualquier calzado con una rebaja del 20%. La perfumería Carobel´s bajará un 10% el precio de todos sus productos de cosmética. En pocos días los comercios anunciarán la oferta de la semana que viene. Es la ruta del ahorro y su objetivo es que los tenderos capeen el descenso del consumo y, de paso, ayuden a sus vecinos a estirar sus sueldos.

Esta muestra de dinamismo social se llevará a cabo como mínimo hasta el año que viene, pero la intención es que funcione de manera permanente, independientemente de que Bush saque adelante su plan o de que Gobierno y oposición acuerden en España cómo frenar la desaceleración. Dicen los comerciantes que quieren combatir la crisis a pie de calle. Lo explica Maria Teresa Castellví, de Fondo Comerç.

Antoni Antonijoan, de la ACI, representante de los comerciantes de la ciudad, confía en que los buenos resultados de la idea animen al resto de los barrios de la ciudad a promover medidas similares. “El Fondo tiene muchos problemas – dijo Antonijoan-, pero también mucha gente de múltiples orígenes con ganas de trabajar por su progreso”.

Y es que la ruta del ahorro no pretende sólo facilitar la llegada a fin de mes de los vecinos de este barrio. También quiere cohesionarlos un poco más. Diversas iniciativas ciudadanas y municipales han venido logrando en los últimos años que en el Fondo sean cada vez menos los que hacen la compra sólo en comercios regentados por compatriotas. Hace cincuenta años los andaluces entraban sólo en las tocinerías en manos de parientes del pueblo.

Un lustro atrás los chinos sólo compraban en supermercados rotulados en mandarín.

“La crisis la notan todos los bolsillos – dice la perfumera Encarna Cabero-. A pesar de tener clientes marroquíes y chinos, la mayor parte son catalanes. Con esta idea esperamos que vengan más inmigrantes a la tienda. Es importante para que el negocio sobreviva, pero también para que todos juntos seamos más barrio”.

“La tienda no tiene futuro si sólo vienen de compras pakistaníes, especialmente ahora en que la gente prefiere arreglar los móviles rotos a comprarse uno nuevo”, explican los asiáticos que regentan el comercio de telefonía Agsa Network, en la calle del Rellotge, desde hace ocho años. Mañana ofrecerán cargadores a dos euros, y baterías a cinco, casi la mitad del precio habitual. Un 10% de los comercios de la ruta del ahorro están regentados por nouvinguts.“Nos adherimos a Fondo Comerç y a la ACI hace un par de años – explican los pakistaníes de Agsa Network- porque te ayudan con los papeles y normativas. Pero también para ganarnos la confianza de los catalanes y subir las ventas”.

La crisis económica también pone en peligro la convivencia. Pensar que a los hijos de uno les iría mejor si los extranjeros regresaran a sus países es una fuente de conflictos, especialmente en el Fondo, donde casi la mitad sus habitantes son de origen extracomunitario. Paquete de calzoncillos para niños a seis euros, dos por uno en la limpieza de pantalones y un 10% de descuento en plantillas ortopédicas son un alivio para la cartera, y una ayuda a la convivencia.