Con 230 inmigrantes a bordo, el cayuco que en la madrugada de ayer arribó al puerto tinerfeño de Los Cristianos establece una nueva marca de «ocupación» desde que, hace ya catorce años, la primera de estas embarcaciones situó al archipiélago canario en un lugar preferente del mapa internacional de la inmigración irregular, convirtiéndolo en destino preferente de las mafias migratorias para explotar la desesperanza del continente africano. «Un cayuco así no pasa desapercibido», aseguró el coordinador de la Cruz Roja encargado del dispositivo desplegado para socorrer en tierra a los pasajeros de la barcaza – en la imagen – , que fue detectada cuatro horas antes de su llegada a puerto por Salvamento Marítimo. Pese a las penosas condiciones en que viajaron, presuntamente desde Mauritania, sólo cinco de los inmigrantes , entre los que había una veintena de niños, precisaron atención médica por hipotermia y contusiones. Ayer mismo, otro cayuco llegó a las costas de Gran Canaria con cerca de un centenar de personas, lo que vuelve a incrementar una cifra que desde 1994, cuando comenzó este dramático flujo de seres humanos, supera los 91.500 inmigrantes llegados a las islas. – España