«Esto nos ha desbordado, ha superado nuestras previsiones; jamás hubiésemos esperado que en un cayuco llegara tal cantidad de personas.» Quien habla es Juan Antonio Corujo, responsable de los equipos de respuesta inmediata de la Cruz Roja en Canarias, que no salía ayer de su asombro, pese a los cientos de embarcaciones clandestinas que han llegado a las islas en los últimos años.

«Nunca habíamos visto un cayuco de 30 metros de eslora con 230 inmigrantes a bordo», resumía en declaraciones a este periódico. El de ayer – descubierto a última hora de la tarde del lunes – supera todo lo conocido y bate cualquier récord anterior: nunca antes las costas españolas habían recibido una embarcación de este tipo con tal cantidad de personas. Lejos parece ahora la marca de agosto de 2006, cuando la isla de El Hierro vio llegar por sus propios medios un cayuco con 172 personas a bordo. Las únicas veces que llegaron «sin papeles» en un número superior no se valieron de pateras ni cayucos, sino de viejos pesqueros o barcos chatarra.

El cayuco fue avistado a unas 50 millas al sur del Archipiélago por un avión del Ejército del aire. Tras dar el aviso, se desplazó hasta el lugar el buque de Salvamento Marítimo «María Zambrano», que transbordó a los inmigrantes al puerto tinerfeño de Los Cristianos y dejó el cayuco a la deriva. Entre los pasajeros sólo cinco se derivaron a centros de salud, por casos de hipotermia.

Pese a la cantidad de irregulares que transportaba, Corujo lo calificó como «un cayuco muy tranquilo», ya que ninguno presentaba sintomatologías graves. El jefe de la Cruz Roja descartó que durante la travesía haya fallecido alguno de sus ocupantes, sobre todo porque el viaje se estima que fue corto para lo que suelen ser. «Solamente han viajado entre tres y cuatro días, porque todos llegaron en bastante buen estado», dijo. Las primeras averiguaciones llevan a creer que pudo haber zarpado de la costa mauritana, en la tradicional zona de Nuadibú.

«Totalmente desbordados»

La llegada de esta embarcación – a la que ya se apoda «megacayuco» o «supercayuco» – ha hecho saltar todas las alarmas, ya que la posibilidad de derivar a los irregulares al centro tinerfeño de Hoya Fría se enfrenta a una dificultad adicional, porque cuenta con una capacidad legal para 320 personas, pero en la actualidad ya se encuentran allí 360 inmigrantes , según fuentes de la Confederación Española de Policía (CEP).

«Estamos totalmente desbordados», resumieron estas fuentes. La preocupación que muestran es creciente, puesto que, por otra parte, en la Comisaría de Playa de Las Américas «hay dos policías custodiando a los 230 inmigrantes , los han ido cambiando, pero para todo ese número solamente hay dos». Las condiciones, según denuncian, son, además, «pésimas», a tal punto que el edificio, un anexo a la Comisaría, «no cuenta con licencia municipal». Se trata de un centro, en principio, de acogida temporal, pero que, de hecho, está funcionando «como un centro de detención».

La posibilidad de utilizar el viejo cuartel de Las Canteras, en el municipio de La Laguna, tampoco parece que sea la solución, ya que a la resistencia que ha mostrado el Ayuntamiento a que se le dé ese destino se suma que «sólo están acondicionados los barracones, mientras que el resto está en estado ruinoso». A los 230 inmigrantes llegados a Tenerife, se sumó ayer a última hora de la tarde un cayuco con casi cien «sin papeles» a bordo que, por sus propios medios, arribó a Pozo Izquierdo, en la isla de Gran Canaria, a los que también habrá buscar un destino.