viena. Pese al varapalo electoral recibido el domingo por socialdemócratas (SPÖ) y democristianos (ÖVP) tras el fracaso de su coalición, crecen las posibilidades de que los dos partidos reediten esa formula de gobierno, frente a la opción de que una crecida extrema derecha entre en el Gobierno.

La necesidad de mantener a los ultras alejados del poder parecen pesar más que los desencuentros acumulados durante los 18 meses de la última legislatura. Así, el jefe de filas socialdemócrata, Werner Faymann, insistió ayer en que “la colaboración entre el SPÖ y el ÖVP es el primer objetivo”.

De hecho,el acuerdo era ayer más plausible, toda vez que el vicecanciller saliente, Wilhelm Molterer, ha abandonado la cúpula del ÖVP. Molterer fue mano derecha y el heredero político de ex canciller Wolfgang Schüssel, que gobernó con la derecha populista entre 2000 y 2006.

Aquel pacto entre conservadores y radicales revolucionó la política europea, al permitir que el FPÖ de Jörg Haider, una formación con un claro discurso xenófobo, entrara en un gobierno europeo. >agencias