La coalición entre los dos grandes partidos de Austria resurge para frenar a los ultras
La figura del europeísta Josef Pröll acerca a conservadores y socialdemócratas
Las Provincias,
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01-10-2008
Tras el varapalo electoral que se llevaron el domingo socialdemócratas (SPÖ) y democristianos (ÖVP) parece que las relaciones entre ambos pueden encauzarse de nuevo, quedando en el olvido el fracaso de su coalición, que anticipó las legislativas. Y es que crecen las posibilidades de que los dos partidos austriacos reediten esa fórmula de gobierno, frente a la opción de que una avanzada extrema derecha entre en el Ejecutivo.
La aritmética electoral, que da poca alternativas para construir una mayoría parlamentaria, y la necesidad de mantener a los ultras alejados del poder parecen pesar más que los desencuentros acumulados durante los 18 meses de la última legislatura. Así, el jefe de filas socialdemócrata, Werner Faymann, insistió ayer en que “la colaboración entre el SPÖ y el ÖVP es el primer objetivo”.
De hecho, las posibilidades de acuerdo son ahora más plausibles que ayer, toda vez que el vicecanciller saliente, Wilhelm Molterer, ha abandonado la cúpula del ÖVP. Molterer fue la mano derecha y el heredero político del ex canciller Wolfgang Schüssel, que gobernó con la derecha populista entre los años 2000 y 2006.
Aquel pacto entre conservadores y radicales revolucionó la política austríaca y europea, al permitir que el FPÖ (Partido Liberal) de Jörg Haider, una formación con un claro discurso xenófobo, entrara en un gobierno europeo. El revuelo fue tal que los socios de la UE cortaron relaciones bilaterales con Viena e impusieron sanciones políticas durante ocho meses.
La caída de Molterer, planteada por Faymann como una condición ineludible para negociar con el ÖVP, ha puesto en la cúpula del partido a Josef Pröll, ministro de Agricultura, conocido europeísta y en el que muchos ven la renovación que los conservadores precisan. El propio líder socialdemócrata subrayó ayer “el buen clima” con Pröll.
Incluso Haider, que casi ha triplicado sus votos respecto a los resultados de 2006, reconoció ayer que la elección de Pröll como presidente de los democristianos es una “clara señal” de que se avecina una coalición de los dos grandes partidos.
Desde el FPÖ se insistió también en que hay pocas opciones de entrar en el Ejecutivo y negó que haya habido contactos con los conservadores. De esta forma, parece más difícil la opción de que los conservadores pacten un gobierno con la ultraderecha, como hicieron en 2000 y de nuevo en 2002.
Los ultras además están divididos en la actualidad en dos formaciones, tras abandonar Haider el FPÖ y crear una nueva formación en 2005, el BZÖ (Alianza para el Futuro de Austria). Las relaciones entre los dos partidos son tensas y una colaboración es complicada.
Por otra parte, la ruptura con el pasado que supone Pröll, parece alejar a los conservadores de un nuevo experimento de gobierno con las formaciones ultras, más por su carácter abiertamente euroescéptico que por sus alardes contra los extranjeros. De momento, pocas voces en el partido han hablado claramente sobre el asunto.
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