Un largo viaje para encontrarse con una faena todavía más dura. Esta es la historia de la mayoría de los temporeros de la Comunitat que llegan a la campaña de la vendimia. “El trabajo es muy duro pero está bien”, señaló una temporera de Utiel, Mariola, que llega de Polonia.

Una vez acabe de cortar uva “iré a coger fresa, almendra…”, y así una campaña tras otra. Esta es la vida de este grupo de personas que llegan a la Comunitat en busca de una forma de ganarse la vida. Y eso que Mariola no es ninguna novata en estas lides ya que 2008 “es el quinto año que vengo a recoger uva”, añadió.

Uno de sus compañeros es Slavek, también del mismo país. “Hace poco estaba recogiendo olivas en Córdoba y ahora en Utiel cortando uva, y espero seguir mucho tiempo”.

Mariola y Slavek son sólo dos de los 24 temporeros que residirán mientras dure la campaña de la vendimia en el primer albergue permanente de toda la Comunitat habilitado para ellos en la aldea Casas de Utiel de este término municipal. El recinto estará abierto todo el año y, según señaló el conseller de Inmigración y Ciudadanía, Rafael Blasco, por él pasarán “1.300 personas que participarán en las distintas campañas no sólo de la vendimia sino de la almendra, el níspero y las de cítricos”.

Este albergue se une a las 112 plazas de las que ya dispone la Unió en Utiel – Requena, situándose las instalaciones en Los Duques, Los Isidros, Utiel y La Torre. Una cantidad de oferta que, de lejos, no es suficiente para acoger a los 1.800 temporeros con los que cuenta la Comunitat.


En casas de empresarios

De ellos, 900 están en la comarca de Utiel – Requena. El responsable de Inmigración de La Unió, Luis Pastor Navarro, aseguró que son muchos los empresarios “que acogen a temporeros en pisos de su propiedad”. Es más, añadió que aproximadamente 700 de los 900 empleados que vienen a la Comunitat para la vendimia se encuentran en esta situación.

Además, “en la mayoría de las ocasiones no se les cobra nada por estar en el piso o la casa porque entendemos cuál es su situación”, manifestó Navarro.

En la apertura del albergue (denominado Casa Brusca en honor a Joan Brusca) estuvo Josep Botella, secretario general de La Unió, quien aseguró que la situación económica “ha hecho que este año sean muchos más los extranjeros residentes en nuestro territorio que se han decidido a venir a trabajar a los campos valencianos durante la vendimia”. De hecho, aseguró, “el año pasado el 1% eran residentes en la Comunitat, porcentaje que se ha incrementado hasta el 10% este año”.

Todos se mostraron satisfechos con la inauguración del albergue permanente. El conseller Blasco destacó que se están invirtiendo 270.000 euros en que los trabajadores “tengan alojamiento y asesoramiento y puedan integrarse mejor en nuestro mercado laboral”.

Los propios temporeros están encantados. Slavek señaló que les “gusta mucho la casa”, a lo que Mariola aseguró que estaba “muy bien”. Incluso el empresario que los emplea, José Antonio Jiménez, expresó que es mucho mejor “que estén en el albergue, es una maravilla”.

La mayoría de los temporeros que llegan para esta campaña son contratados en origen. “En La Unió siempre trabajamos con gente que está legalizada, les ayudamos con toda la documentación”, explicó Navarro.

Casi la mitad provienen de Polonia, un 45%, con rumanos (25%) y búlgaros (20%) en un segundo término. Los colombianos, ecuatorianos y españoles ocupan ya porcentajes muy pequeños. De hecho, la contratación de personal para la vendimia ha aumentado un 10% respecto al año pasado debido, según fuentes de La Unió, a que ahora los empresarios “están más concienciados y ya no acuden a la mano de obra ilegal”.

Otra iniciativa que contempla el convenio es la apertura de oficinas en lugares de masificación de trabajadores inmigrantes con el objetivo de informarles.