Los ministros del Interior de los Veintisiete aprobaron hoy el Pacto Europeo de Inmigración promovido por la Presidencia francesa. Dicho Pacto obliga a los estados miembros a realizar las regularizaciones “caso por caso y no generales, en el marco de las legislaciones nacionales por motivos humanitarios y económicos”. Esta iniciativa se tomó después de la regularización masiva que emprendió el Gobierno de Rodríguez Zapatero en 2005 y que provocó fuertes críticas de sus socios europeos. El objetivo del acuerdo es limitar la llegada de inmigrantes a lo estrictamente necesario para el mercado laboral. El Pacto, que será aprobado formalmente por la cumbre de la UE del 15 y 16 de octubre, opta por una inmigración selectiva, controlada de acuerdo con las necesidades laborales y la capacidad de integración del país de acogida, y por una firmeza total contra los indocumentados. Se combatirán asimismo los matrimonios de conveniencias y se establecerá en 2011 una ‘tarjeta azul’ para facilitar el ingreso de la UE de los inmigrantes muy cualificados. La inmigración adquiere así rango comunitario, uno de los objetivos españoles en esta materia.

Mejora el sector exterior aunque crece el déficit comercial

El déficit comercial español aumentó el 8,4% en los siete primeros meses del año y sumó 59.514 millones de euros debido al continuo encarecimiento del petróleo, según datos publicados hoy por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. No obstante, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, en su comparecencia ante la Comisión de Industria, Turismo y Comercio del Senado, calificó también hoy de “magnífico” el comportamiento de las ventas exteriores en julio según el cómputo interanual, es decir, comparadas con las del mismo mes del año anterior. Las exportaciones crecieron “por encima del 12%, cifra muy significativa, dado el contexto de ralentización económica internacional”, y han contribuido por primera vez en diez años en el segundo trimestre con 0,3 puntos al crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB). La escalada de los precios del petróleo hasta los 150 dólares ha llevado déficit comercial en el caso de los productos del petróleo y derivados hasta el 61%. Esto explica bien lo sucedido. E indica la gravedad de la alta dependencia energética de nuestro país, que debería ser corregida, y que difícil se reducirá de forma significativa sin apelar a la energía nuclear.

Bush dramatiza la crisis

El presidente estadounidense, George W. Bush, que hoy se reunió con legisladores republicanos y demócratas, así como con funcionarios de su Gobierno en una sesión a la que también fueron invitados los candidatos presidenciales John McCain y Barack Obama, advirtió anoche en un discurso a la nación de que el país está “en medio de una grave crisis financiera y el Gobierno está respondiendo con acciones contundentes”, antes de advertir de que los mercados no están “funcionando apropiadamente” y se ha perdido la confianza en ellos. De no aprobarse este plan, dijo Bush, “Estados Unidos entrará en recesión. No podemos dejar que eso suceda”, por lo que hizo un llamamiento al Congreso para que apruebe el Plan con urgencia. “Sin una acción inmediata por parte del Congreso, Estados Unidos podría caer en un pánico financiero, a lo que seguiría una situación agobiante”. El momento es malo por la inminencia de las elecciones, pero sería suicida para ambos candidatos resistirse a unas medidas sin las cuales el hundimiento económico del sistema por falta de liquidez sería inevitable.

Zapatero reivindica el papel regulador del Estado

En un acto organizado hoy en Naciones Unidas junto al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, la presidenta chilena, Michelle Bachelet, y el ministro francés de Exteriores, Bernard Koucher, el presidente del Gobierno español reivindicó el papel regulador del Estado, indispensable para garantizar la distribución equitativa de la riqueza, y elogió a países que, como Brasil y Chile, “no han caído en la trampa” de “santificar la desregulación”. Los cuatro países, líderes de la Alianza contra el Hambre y la Pobreza lanzada en la ONU hace cuatro años, firmaron a continuación una declaración para buscar instrumentos alternativos para financiar la ayuda al desarrollo. Como propuesta española, Zapatero apostó por reducir el coste de las remesas de los inmigrantes para ayudar al desarrollo de sus países de origen, y destacó el proyecto en el que trabaja con Noruega y otros países para evitar las fugas ilícitas de capital hacia paraísos fiscales. El mensaje es especialmente oportuno en momentos en que el ultraliberalismo económico nos ha llevado al caos.