Crisis golpea a los inmigrantes en EUA

La Prensa Gráfica, Julio Marenco/ Corresponsal LPG desde Washington, D.C., 19-09-2008

En medio de la que se considera la peor crisis financiera desde la gran depresión de 1929 en Estados Unidos, los inmigrantes, en especial los latinos, han resentido los efectos con tasas de desempleo y baja en sus ingresos.

Estados Unidos vive la peor crisis económica desde el tristemente célebre martes negro de 1929, según las publicaciones especializadas de Wall Street. Pero en el siglo XXI la crisis tiene una cara distinta: la del inmigrante.

Mientras el presidente George W. Bush leía un brevísimo discurso de dos minutos, tras el cual no tomó preguntas, en él aseguraba: “Continuaremos actuando para fortalecer y estabilizar nuestro sistema financiero y para mejorar la confianza de los inversionistas”, para muchos inmigrantes, el resultado de la crisis lleva meses de pegar con fuerza.

El Pew Hispanic Center publicó ayer una estudio en el que revelaba que el nivel de desempleo entre los inmigrantes latinos, el 7.5%, está casi 3 puntos por arriba del de la población en general, que se sitúa en 4.7%. Según ese centro de estudios, la principal causa del declive en el empleo, y por ende en los ingresos de los inmigrantes, se debe a la desaceleración del sector construcción.

El estudio detalla que desde el tercer trimestre de 2006, cuando los primeros signos de la crisis comenzaron a aparecer, los inmigrantes comenzaron a perder trabajos a un ritmo más acelerado que el resto de la población.

“El desempleo entre los hispanos está creciendo más rápido entre los latinos que entre el resto de la población, especialmente entre los inmigrantes. Los ingresos de los inmigrantes han disminuido también, lógicamente”, señala la subdirectora de la institución, Susan Minushkin.

El estudio del Pew Hispanic da cuenta que la percepción de malestar en general ha aumentado considerablemente entre los latinos desde el año pasado. “El 63% de los inmigrantes considera que su situación es peor que el año pasado, a la mala situación económica se suma lo que los encuestados describen como un ambiente hostil hacia los inmigrantes”, explica Minushkin.

El sector construcción, el gran perdedor de la crisis financiera que comenzó como una ola de embargos de viviendas que frenó en un principio las obras residenciales y luego también afectó a las no residenciales, le pasó gran parte de su factura a los inmigrantes, según el informe del Pew Hispanic.

“Cerca del 90% de las pérdidas de empleos entre los hispanos en el sector construcción fue (de) inmigrantes, más de 247,000 dejaron sus empleos desde el primer trimestre de 2007 hasta junio de este año”, señala Rakesh Kochar, director Asociado del Pew Hispanic.

Kochar apunta también que los datos del Departamento de Trabajo dan cuenta que los ingresos de los inmigrantes bajó una media de 3.6%, mientras que en el resto de la población, incluidos los hispanos nacidos en Estados Unidos, el ingreso se mantuvo estable o aumentó en algunos casos hasta 1.9%.

El vicepresidente de la Cámara de Comercio Hispana de Estados Unidos, David G. Ferreira, considera: “Los hispanos fuimos los primeros en ganar con el boom de la construcción, y hemos sido los primeros también en perder”.
Créditos

De hecho, un estudio financiados por el Concilio Nacional de la Raza en 2007 demostró que el número de hispanos en Estados Unidos que habían contraído una préstamo hipotecario destinado a vivienda había aumentado consistentemente desde 2003 y alcanzó una cifra récord del 50% de hogares hispanos como dueños o en proceso de pagar casa propia.

Sin embargo, también esos estudios detallaban que los latinos eran calificados como créditos “subprime” o de alto riesgo en un porcentaje hasta 50% más alto que el resto de la población.

Aún no se tienen cifras de cuántos latinos han perdido sus casas en comparación con la población en general, en momentos en que algunos estados reportan aumentos de hasta 9.6% en el número de embargos entre 2007 y el primer semestre de 2008, el aumento anual más alto en 39 años, según la Asociación Nacional de Banqueros de Hipotecas de Estados Unidos.

Pero Ferreira teme que de una vez que se tengan las cifras. “Fuimos de los primeros en beneficiarnos de las nuevas formas de préstamo que le permitieron a muchos latinos prestar más, a menudo para comprar casa o iniciar nuevos negocios. Ahora vemos como también hemos sido los más golpeados por las drásticas medidas tomadas para corregir estas medidas, como consecuencia muchas veces de prácticas predatorias.”

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