MERCÈ BELTRAN – Barcelona

DIFERENCIAS Catalunya, después de Grecia, está en la cola en resultados académicos

EXCELENCIA La concertada tiene un 6,6% de alumnos excelentes, frente al 2,9% de la pública
El sistema educativo catalán va de mal en peor, no garantiza la equidad y no es eficiente. A estas tres conclusiones llega un estudio de la Fundació Jaume Bofill en el que se constata que la brecha entre los resultados académicos del alumnado de la escuela pública y el de la concertada es cada vez mayor. Un 25% de los estudiantes de 15 años de la pública está en “grave riesgo” de fracaso escolar, porcentaje que en el caso de la concertada es del 10%.

El estudio Equitat, excellència i eficiència educativa a Catalunya. Una anàlisi comparada,elaborado a partir del PISA 2006, macroevaluación de la OCDE al alumnado de 15 años de 57 países, constata que el nivel académico, la equidad y la eficiencia del sistema educativo catalán empeora respecto al 2003, y vaticina que aún puede ser más negativo en el 2009.

El equipo de investigadores de la Fundació Jaume Bofill, dirigidos por el catedrático de la UAB Ferran Ferrer, infiere que el alumnado inmigrante obtiene unos 70 puntos menos (casi dos cursos académicos) respecto al autóctono en todas las áreas de competencia académica analizadas (ciencias, matemáticas y comprensión lectora), cuando la media europea está en 32. El estudio revela que el sistema catalán es el que presenta (tras el de Grecia) mayor desigualdad entre la pública y la concertada, y que el alumnado de centros privados obtiene entre 40 y 45 puntos más que el de la pública en todas las áreas. El 63,5% de los immigrantes va a la pública.

La conclusión es que el sistema no consigue compensar las desigualdades de origen y que Catalunya es el país que proporciona menos oportunidades educativas al alumnado extranjero. Los autores concluyen que los mediocres resultados de Catalunya van más allá de la inversión pública en educación, del bajo nivel educativo de la población adulta o del nivel socioeconómico del país. “Es posible que en nuestro sistema educativo haya un trato de la diversidad cultural erróneo”, señaló Ferrer.

Al respecto, Jordi Sánchez, director de la fundación, aseveró que “cualquier esfuerzo que se haga con la inmigración es poco”. Aunque los resultados del alumnado de la escuela pública sean peores – los niveles de excelencia son bajos en la pública (2,9%) y en la concertada (6,6%)-, Sánchez advirtió que sería un error “achacarle toda la responsabilidad a la escuela pública. Falla el sistema, no la titularidad de los centros. Gran parte de las diferencias se da por la composición social del centro, y eso se puede arreglar si se regulan los criterios de admisión de alumnos”.

Ferrer recalcó que el estudio “nos dice que la tipología de alumnos de la concertada y de la pública es errónea si queremos una sociedad más equitativa y con mayor igualdad de oportunidades”. A la hora de adjudicar responsabilidades, Ferrer apuntó a todos: gobierno (CiU y tripartito); formadores de profesores, docentes, familias y el resto de agentes sociales.

El catedrático, que se mostró crítico con los espais de benvinguda educativa, apostó por cambios en la política educativa, algunos incluidos en la futura ley de Educación; en la formación de docentes, en el funcionamiento de los centros y su evaluación y en la distribución de recursos, y Jordi Sánchez abogó por aparcar la ideología en el debate sobre la educación y “propiciar un pacto social que implique a todos”.

En el Congreso, la ministra de Educación, Mercedes Cabrera, anunció ayer que alrededor de 48.500 alumnos podrán beneficiarse este curso de un plan de repesca para mayores de 16 años que no han acabado la secundaria obligatoria (ESO). Se trata de los programas de cualificación profesional inicial, que en el caso de completarlos otorgará a los estudiantes una acreditación profesional y, si realizan unos módulos adicionales sobre materias básicas, conseguirán el título de ESO, informa Alicia Rodríguez de Paz.