Presuntos patrones de cayuco aceptan tres años de cárcel

Cuatro de los acusados se conformaron con la rebaja del fiscal de cinco a tres años, mientras que el quinto se ratificó en su inocencia. Se les acusaba de patronear un cayuco con 131 inmigrantes de Mauritania a Los Cristianos.

El Día, EL DÍA, S/C de Tenerife, 17-09-2008

a Sección Segunda de la Audiencia Provincial tinerfeña celebró ayer la vista oral contra cinco acusados de ser los patrones de un cayuco que partió de Noadibou (Mauritania) el día 22 de febrero de 2008 y arribó a la costa de Los Cristianos el día 27 con 131 personas a bordo.

Cuatro de los cinco acusados se conformaron con una pena de tres años y un día de prisión, mientras que el quinto dijo que pedía que lo dejaran en libertad porque era inocente.

El fiscal pedía cinco años de prisión para el acusado que no se había conformado con los hechos al considerar que existía un delito contra los derechos de los extranjeros ya que accedieron a una embarcación tipo cayuco en febrero de 2008, en la que viajaban 131 personas, asumiendo las labores de patronaje del mismo, turnándose para manejar el motor y dando órdenes al resto de los tripulantes con la finalidad de introducir inmigrantes de forma clandestina en el país careciendo de la correspondiente autorización.

Durante la vista oral se contó con un intérprete que asistió a los cinco acusados, pero algunos de ellos parecían no comprender cuando se les explicaba si se conformaban o no con la rebaja de la condena del fiscal al considerarse autores del delito que se les imputaba.

Testigos protegidos

Los testigos protegidos declararon por videoconferencia sobre los hechos acaecidos en la patera número cuatro del mes de febrero que arribó a Los Cristianos. Ninguno parecía saber a ciencia cierta quién llevaba el timón de la embarcación ni tampoco el encargado del GPS, pero la mayoría de los procesados y de los testigos señalaban a Bassirou D. como el que “más mandaba”, dejando para el resto el reparto de agua, leche y galletas previstas como víveres para el viaje, que duró cinco días en un cayuco que llegó a tener hasta seis brechas de agua.

Bassirou D. fue el único que no se conformó con la rebaja del Ministerio Fiscal argumentando que “yo soy soldador y si entendiera de manejo de barcos no me hubiera mareado en el viaje. Si me mareo, no puedo llevar la brújula. Defiendo mi inocencia y mi familia me necesita”.

Uno de los testigos protegidos declaró por videoconferencia que la Policía no le había ofrecido nada por decir quiénes eran los patrones y que uno de los cinco acusados era el que repartía la comida y el agua.

El resto de los testigos protegidos fueron claros al determinar que se produjeron varias vías de agua y que había uno de los acusados encargado de reparar los desperfectos. Asimismo, otro dijo que faltaba agua y comida y que en el cayuco sólo había una bolsa de galletas, cuatro bidones de agua y uno de leche. “No había chubasqueros para todos y nos subieron primero en un barco pequeño que nos trasladó hasta uno más grande donde había 131 personas”.

Una de los policías nacionales que intervinieron en la toma de declaraciones a los inmigrantes comentó que uno de ellos tuvo que ser trasladado al Centro de Salud de El Mojón por el estado en que se encontraba al llegar a tierra.

La defensa pidió la libre absolución para su patrocinado.

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