M. ASENJO

MADRID. Comienza la tercera semana de septiembre y con ella lo hace de forma oficial – algunos centros abrieron sus puertas a principios de mes – el nuevo curso escolar para los alumnos de enseñanzas no universitarias. Será un día de sonrisas y lágrimas. La alegría de encontrarse con los amigos, de vivir nuevas experiencias, tendrá su contrapunto en la inquietud de los más pequeños al enfrentarse a un mundo que desconocen sin la protección de sus progenitores.

Por primera vez, la Comunidad supera la barrera del millón de alumnos (1.050.495), lo que supone 21.742 más que el año pasado. Del total de estudiantes, 625.834 (59,5 por ciento)estarán escolarizados en centros públicos, 284.665 (27,1 por ciento) en concertados y 139.996 (13,3 por ciento) en privados. El 13,9 por ciento de ellos son inmigrantes y, según datos de la Consejería de Educación, que dirige Lucía Figar, su incremento es del 10 por ciento. Para su integración lingüística y académica, disponen de 502 aulas de enlace que funcionan tanto en centros públicos como concertados. La Comunidad es la tercera, por detrás de La Rioja y Baleares, en cuanto al número de escolares extranjeros.

Para atender el incremento del alumnado en la red pública, se incorporan 612 nuevos profesores, con lo que la plantilla docente se eleva a 48.986 profesionales. A la concertada llegan 550 profesores para sumar un total de 20.308.

Nuevas enseñanzas

El número de centros de enseñanza asciende a 3.157 (1.544 públicos, 543 concertados y 1.070 privados). Hay 45 nuevos colegios públicos y nueve concertados. Además, se terminarán 40 ampliaciones.

Como en el resto de las regiones, el curso en Madrid viene marcado por la puesta en marcha de importantes medidas promovidas por la Ley Orgánica de Educación (LOE), aprobada en 2006, tales como la generalización de la gratuidad en el segundo tramo de Educación Infantil (3 – 6 años), la implantación de 1º de Bachillerato y de los Programas de Cualificación Profesional para alumnos mayores de 16 años que no han terminado la Secundaria Obligatoria (ESO), o de las pruebas de diagnóstico en 2º y 4º de la ESO. Pero la medida que puede provocar más controversia es la implantación de Educación para la Ciudadanía y los derechos humanos – esa es la denominación completa de la asignatura – en 2º de la ESO. Además, entrarán a formar parte del currículum sus versiones: Educación ético – cívica (4º de la ESO) y Filosofía y Ciudadanía (1º de Bachillerato). Asimismo, comenzará a enseñarse, también en 1º de Bachillerato, Ciencias para el mundo contemporáneo.

Educación para la Ciudadanía ha recibido más de 11.000 objeciones, según datos de la Consejería de Educación. No obstante y de acuerdo con la información suministrada por este departamento, sólo unas 1.500 pertenecen a 2º y 4º de la ESO y ninguna se refiere a Bachillerato.

Para atender debidamente a los objetores y mientras el Tribunal Supremo se pronuncia sobre los recursos a sentencias de los tribunales de justicia de las comunidades que han emitido fallos judiciales a favor o en contra de la disciplina, Madrid ha recomendado que los centros ofrezcan trabajos personales sobre la Constitución o acciones de voluntariado en el propio colegio.