En sólo un año la llegada de pateras a la Costa Blanca se ha disparado. Más de 150 inmigrantes indocumentados han entrado en la provincia utilizando pequeñas embarcaciones con las que realizan una travesía desde África. Sin embargo, otras muchas personas murieron en el mar.

El naufragio de una patera es la hipótesis que mantiene la Guardia Civil para explicar la aparición de seis cadáveres en cuatro días en la costa de la Vega Baja. Además, las patrulleras de la Benemérita buscan más restos humanos en aguas de Alicante.

Los radares fijos que se tendrían que utilizarse para controlar la llegada de pateras y barcos de narcotraficantes a la región todavía no están operativos. Desde el Consell se ha denunciado que estos sistemas de detección deberían estar funcionando desde septiembre del año pasado, pero el Gobierno ha puesto fecha para 2009.

El problema es que hasta que se produzca su implantación, la provincia seguirá siendo ruta de entrada de pequeñas lanchas, con las que los sin papeles se están jugando la vida.

La Guardia Civil está a la espera de conocer los resultados de las autopsias realizadas a los cadáveres, pero baraja la hipótesis de que los cuerpos procedan de una patera.

En la última semana, el número de fallecidos hallados en el litoral alicantino asciende a cinco, aunque hay que sumar uno más que se encontró a principios de septiembre en Guardamar.

Todos ellos correspondían a hombres y estaban en avanzado estado de descomposición. Los dos últimos cadáveres aparecieron el sábado en aguas de Guardamar del Segura y Torrevieja. El primero de estos cuerpos lo encontró una embarcación de recreo sobre las 12.30 horas a una milla y media de Guardamar del Segura, mientras que el segundo fue hallado a las 15 horas a siete millas del Cabo Cervera, en Torrevieja.