madrid. El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, aseguró ayer que en el Gobierno de Zapatero “o sobra la vicepresidenta o sobran los ministros”, en referencia a las desavenencias entre la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, y los ministros de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, y de Justicia, Mariano Fernández Bermejo.

González Pons señaló que “no puede estar por un lado la vicepresidenta dictando una política y por otro lado los ministros haciendo otra política” y pidió a Zapatero que decida si “quiere tener vicepresidenta o prefiere tener ministros”.

El dirigente popular destacó que esta situación “no es la más deseable”, teniendo en cuenta las dificultades que está atravesando España en este momento.

“La vicepresidenta ha estrenado una serie en televisión que se llama la vice me corrige , la ponen todos los viernes en la Moncloa y cada viernes trae a un personaje nuevo al que examina y después corrige de manera divertida, alegre, desenfadada y fresquita como si fuera un programa veraniego. Esta semana le ha tocado al ministro Bermejo, la semana pasada a Corbacho y muy posiblemente le toque a Soria la semana que viene”, ironizó.

Además, destacó que De la Vega estaba acostumbrada en la pasada legislatura a hacer “todo el trabajo”, pero que ahora los ministros “también quieren trabajar” y hay una competencia entre vicepresidenta y ministros “por hacer las cosas a los ojos de Zapatero”.

“Necesitamos un Gobierno más serio, más profesional, que entienda de economía y que esté dispuesto a trabajar”, recalcó González Pons, que tachó al Ejecutivo de Zapatero de estar “empanado”.

eutanasia Por otro lado, el vicesecretario de Comunicación del PP exigió al titular de Sanidad, Bernat Soria, una rectificación por sus palabras referentes al suicidio asistido, alegando que “el ministro de la vida” debe hablar de futuro y curación" a las personas que “desean vivir”. En este sentido, acusó al ministro de utilizar de manera “gratuita y atrevida” la palabra suicidio en los medios, sin tener en cuenta el “indeseable efecto llamada” que puede provocar, y señaló que el derecho a no padecer dolor “ya lo tienen todos los españoles”.

Por otro lado, González Pons apuntó que Soria no debería decir a los españoles que cada uno es dueño de su cuerpo, porque el Estado debe promover que las personas vivan y puede imponerles obligaciones para que éstas no estén en situaciones indeseables.