Los participantes, en su mayoría con estudios secundarios, siguen un itinerario integrado de inserción en el mercado

vitoria. Muchos inmigrantes que llegan a nuestro idílico primer mundo en busca de una oportunidad en el mercado laboral encuentran serias dificultades para lograr ese objetivo. El desconocimiento del idioma o de las claves culturales de una región, la falta de cualificación profesional o el mero hecho de no saber a dónde dirigirse son sólo algunas de las trabas con las que se suelen encontrar, un mundo donde soledad e indefensión les crean una barrera difícilmente superable. Desde el año 2002, Cruz Roja ha puesto su particular granito de arena para revertir esta situación, gracias al programa Interlabor@.

La mayoría de estos inmigrantes busca en primera instancia amparo en Cruz Roja dado el carácter internacional de la institución, también porque desconocen el funcionamiento de las redes estatales de empleo. Con el tiempo, muchos han logrado el objetivo de conseguir un puesto de trabajo.

En Álava, nada menos que 798 desde que se puso en marcha el programa, una media de 130 cada año. En total, gracias al programa de intermediación de Interlabor@, se han suscrito 1.532 contratos en este tiempo, en muy variados sectores, aunque predominan los empleos relacionados con la ayuda domiciliaria y el cuidado de personas mayores.

La bonanza económica por la que atravesaba el Estado en 2002 y la consiguiente necesidad de mano de obra en muchos sectores motivó a los responsables de Cruz Roja a poner en marcha este programa, que ha dado “muy buenos resultados” en Álava, según explica su responsable, Goretti López de Ocáriz. Ni siquiera la crisis que actualmente azota al panorama internacional ha provocado que las cifras experimenten un descenso, al menos por ahora.

Interlabor@ desarrolla con cada participante un itinerario integrado de inserción enfocado a su incorporación laboral por cuenta propia o ajena. A lo largo de ese itinerario, la persona desarrolla un proceso de mejora progresiva de sus posibilidades de empleo, así como de sus competencias para acceder a un puesto de trabajo. El programa se sustenta en tres patas “inseparables”, que permiten a los aspirantes alcanzar un notable nivel de capacitación para salir al mercado y acabar con su situación de vulnerabilidad.

La orientación laboral, en primer lugar, les permite afrontar en mejores condiciones las dificultades y limitaciones para acceder y mantener un empleo, acompañándoles en todo el proceso hasta lograrlo, identificando los sectores con más oportunidades y asesorándoles en los procesos de selección. En segundo lugar, la formación, una de las principales vías de adquisición y mejora de la capacitación profesional, con cursos de informática, Internet o manipulación de alimentos, entre otros, y por último la intermediación, el contacto de los participantes en Interlabor@ con el mercado de trabajo.

Uno de los objetivos estratégicos de Cruz Roja en este inicio de curso no es otro que reactivar los cauces de comunicación con algunas empresas que, quizá, no ofrecen contratos a los integrantes del programa por recelo o desconocimiento. Según valoran desde Cruz Roja, generalmente se trata de trabajadores altamente motivados, con disponibilidad geográfica y funcional y con una gran capacidad para afrontar retos y adaptarse a nuevos contextos sociales.

El perfil de los participantes en Interlabor@ desde su puesta en marcha en 2002 es totalmente heterogéneo, aunque llama poderosamente la atención que únicamente el 2,93% no tenía estudios. Un 42,28% contaba con estudios secundarios y un 14,4% era titulado universitario, con una edad generalmente comprendida entre los 25 y 45 años, mujeres (52,8%) y hombres (47,2%), casi por igual.