DV. El verano se acaba y poco a poco la ciudad vuelve a su aspecto habitual, de la misma forma que los turistas van abandonando Donostia. Sin embargo, tanto los turistas italianos, franceses ingleses y sobre todo los catalanes, no se van de vacío, ya que prácticamente todo visitante, ya sea español o extranjero, se ha llevado bajo el brazo algún recuerdo típico de la ciudad.

Los turistas han comprado este verano desde postales, pasando por tazas, vasos de chupito, camisetas, barcos en miniatura y hasta silbatos del Titanic. Y es que como el tiempo no ha acompañado demasiado, las compras y las visitas a las tiendas han sido un buen recurso para pasar la tarde. Pero pese al mal tiempo, las ventas no han aumentado, ya que la crisis se ha dejado notar también en los turistas. «Entraban mucho a ver la tienda y los productos que vendemos, les gusta mucho la decoración, pero comprar…, muy poco», asegura Pilar Aycart, propietaria de la tienda Saski Naski en el Boulevard.

Precisamente esta tienda se caracteriza por la venta de artículos relacionados con la ciudad y también con la cultura vasca. Trajes de casera, mantelería de Iparralde y hasta cerámica autóctona se vende en esta tienda. Pero lo que más se ha comprado este verano no han sido estos productos, sino los detalles más pequeños y de menor coste como llaveros, pins, imanes y postales. Aún así, «en estos artículos no puede faltar algún tipo de simbología, ya sea de la ciudad o de del País Vasco, porque sino no hay quien lo venda», comenta Pilar Aycart.

Lo más vendido sin ninguna duda, son los objetos que tengan el lauburu, hasta los japoneses preguntan por él y lo conocen. Y en segundo lugar la barandilla de la Concha».

La propietaria de Saski Naski asegura que los artículos que preceden a la barandilla son la imagen del Peine del Viento y muy por detrás la del Kursaal, y que de ahí «no hay quien les saque. Es algo injusto que sólo el lauburu, la barandilla de la Concha, El Peine del Viento y el Kursaal, vendan, o peor aún, que sean lo único que conocen de Gipuzkoa junto con la ikurriña, parece que es lo único que enseñamos hacía fuera. Se limita mucho a estos recuerdos. Sin embargo, lo relacionado con Oteiza no vende nada».

Turistas del Este

En la Parte Vieja se encuentra la tienda Enbata, y pese a ser algo más peculiar que el resto de tiendas de souvenirs, recibe también muchas visitas de turistas. En este establecimiento venden artículos vascos relacionados con el mar. Desde barcos en miniatura, hasta estaciones meteorológicas, relojes de barcos, ropa marinera, y hasta una réplica del silbato del Titanic.

Su propietaria Ane Garín asegura que « temíamos la crisis pero ha llegado una gran afluencia de turismo del Este con un altísimo nivel adquisitivo a los que no les importa cuánto gastan. Por lo tanto no ha ido tan mal». Lo que más han vendido durante el verano han sido las réplicas de barcos, ya sean veleros como pesqueros y las camisetas de rayas.

Otro tipo de tienda que también visitan mucho los turistas son los establecimientos regentados por inmigrantes que en verano traen muchos artículos a sabiendas que los turistas los demandan. Intí Artesanía se encuentra en la Parte Vieja y Jaqueline Mastarreno, una de sus dependientes, asegura que «se ha notado la crisis. Los artículos más vendidos son los que tienen la ikurriña, los colgantes con los lauburu y las postales de La Concha».

Como se ve, un año más, La Concha y su barandilla, el lauburu, la ikurriña, y poco más, han sido el recuerdo que en forma de taza, camiseta o colgante se han llevado los que nos han visitado.