El Reino Unido reducirá en un 30% su cupo de inmigrantes no comunitarios. Por ahora se trata de una propuesta de una comisión asesora, pero tiene marchamo de consenso y se aprobará. La medida trata de reducir de un millón a 700.000 los visados de trabajo y de concederlos sólo a inmigrantes con cualificación en un puñado de empleos. En este sentido, la comisión ha hecho dos listas: una con las profesiones con demanda y otra con aquéllas en las que se cierra el cupo. En el Reino Unido se necesitan ingenieros, capitanes de barco, bailarines y esquiladores de ovejas. También profesores, pero sólo de Ciencias y Matemáticas.

Se cerrarán las puertas, en cambio, a los médicos, a las enfermeras y a las comadronas. El informe – publicado el martes – incluye recovecos interesantes. Por ejemplo, el que atañe a los celadores de las residencias de ancianos, la mayoría de los cuales son inmigrantes mal pagados. El documento no aboga por su expulsión, pero conmina a las empresas a subirles el sueldo, lo que repercutirá en el precio de las cuotas de las residencias y supondrá un gasto extra para las familias. Recibieron el informe con satisfacción los propietarios de los numerosos restaurantes indios de Londres, necesitados de cocineros duchos en platos con curry.

El informe es un signo más del enfoque restrictivo en torno a la inmigración en el Reino Unido, cuyo exponente es el eslogan del primer ministro laborista, Gordon Brown: «Empleos británicos para trabajadores británicos».