JOSÉ BEJARANO – Sevilla
l brote de violencia registrado durante dos noches consecutivas en Roquetas de Mar (Almería) es, en del descontento por que sufre el barrio de las 200 viviendas. Explosión de enfado también por lo mucho que tardó en acudir la ambulancia a recoger al joven senegalés Ousmane Kote después de su apuñalamiento, sin venir a cuento, la noche del sábado. Enfado unido a los roces cotidianos entre los “últimos” y los “penúltimos”, con independencia de la raza, que se disputan un territorio mal vigilado por la policía y peor dotado de servicios públicos y sociales. Malestar unido a la falta de trabajo – la temporada en los invernaderos no acaba de arrancar- y el temor a perder el precario espacio laboral conquistado.

Con esos elementos, la tensión estaba servida sin necesidad de que aparecieran los temidos ingredientes del racismo y la xenofobia. La noche del domingo se hizo realidad la preocupación de que se repitieran los incidentes del sábado. Anoche se extendía la inquietud porque a la larga lista de agravios se suma ahora la demanda de que sean liberados los 8 subsaharianos detenidos en las dos noches de refriegas callejeras. Esa demanda fue la segunda que plantearon ayer unos 300 subsaharianos concentrados ante el Ayuntamiento de Roquetas. La primera es que se haga justicia por la inopinada muerte de Ousmane Kote. Y la tercera, que se depuren responsabilidades por lo que tardó en acudir la ambulancia, según ellos se demoró una hora, que debió salvar la vida al joven fallecido y no lo hizo.

En cualquier caso, distintas asociaciones de inmigrantes , además del consulado de Senegal en Andalucía, pidieron la vuelta a la normalidad. La segunda noche, los disturbios fueron de menor importancia y en ellos los subsaharianos apedrearon una ambulancia que acudía a socorrer a un joven que se hirió en una caída accidental. Quemaron montones basura y protagonizaron algunas carreras ante la actuación de la Guardia Civil, uno de cuyos agentes resultó herido leve.

El alcalde de Roquetas de Mar, el popular Gabriel Amat, salió a la calle a escuchar la lista de peticiones de los inmigrantes y les prometió justicia a cambio de que vuelva la concordia al barrio. Les dijo que “vamos a comportarnos como personas que tienen derechos y obligaciones, y vamos a dejar trabajar a la justicia”. Como pedían los inmigrantes , la subdelegación del Gobierno en Almería rectificó su primera versión de lo ocurrido para desvincular la muerte de un asunto de tráfico de drogas. Tampoco está claro ahora que el autor del crimen sea gitano, tal como se informó en un primer momento. El presidente de la Asociación de Gitanos de Roquetas de Mar, Francisco Torres, negó que lo sea. Lo cierto es que permanece huido, mientras los gitanos del barrio se mueven con cautela por miedo a sufrir las iras de sus vecinos. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, calificó el suceso de “hecho aislado” – lo comparó con otros muchos que ocurren a diario en cualquier país de Europa- y aseguró que el presunto agresor ya ha sido identificado por la policía y que será detenido en breve.