Un día sin inmigrantes

El Periodico, NAJAT EL HACHMI, 09-09-2008

A day without a mexican es un filme que intenta explicar có – mo sería California si un día desaparecieran de allí todos los latinos. Dejando al margen que a muchos californianos de piel blanca el fenómeno les deja sin amigos, maridos, hijos, vecinos y amantes, lo que queda más claro es la cantidad de puestos de trabajo que quedan por cubrir sin los inmigrantes, lo que obliga a los gringos a hacer una serie de trabajos a los que no están nada acostumbrados: recoger fruta, limpiar, cocinar, comprarse la comida o plancharse las camisas.
Parece que aquí debe de haber alguien que ha imaginado una situación parecida tras las declaraciones del ministro de Trabajo. A veces me sorprende la capacidad de reacción de este ente raro que llaman sociedad: ¿cómo es que nadie puso el grito en el cielo cuando, de entrada, se cambió el nombre del ministerio y pasó a ser de Trabajo e Inmigración? Entonces nadie vio clara la vinculación entre la mano de obra y las necesidades del mercado laboral español. Nadie dijo ni mu cuando, después, Corbacho anunció una medida que vulnera no ya el derecho de los que aún han de entrar, sino el de los que ya están cotizando en la Seguridad Social como un españolito más: la restricción del derecho al reagrupamiento familiar, exigiendo un contrato de trabajo para los jóvenes de 16 a 18 años objeto del trámite.
Me gustaría creer que sí, que todos los que se han rebelado contra el poco cuidado del exalcalde de L’Hospitalet al anunciar las líneas de actuación ministeriales están realmente indignados por cómo se trata a los inmigrantes, y no por el temor de verse ellos mismos recogiendo las fresas o cuidando de los ancianos.

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