RAÚL MONTILLA – Cornellà
El inspector Albert Oliva, de la comisaría de Mossos de Cornellà-Sant Joan Despí, y el responsable de la oficina de relaciones con la comunidad, Jordi Martínez, saludan con bromas a Mohamed Akortal y a Larbi Cherki, líderes de las comunidades islámicas de las mismas localidades. “Han quedado bien las tarjetas, ¿no?”, dicen los policías. En la mano, dos cartulinas de visita con el teléfono de urgencias 088 y los teléfonos del grupo de policía de proximidad. Una en catalán. Otra en árabe. “Es importante que nuestra comunidad no vea la policía como una amenaza sino como protectores, como lo haría cualquier ciudadano normal, que es lo que somos”, dice Mohamed.

Precisamente, buscar la normalidad es el trabajo conjunto que desde principios de este año desarrollan Oliva, Martínez, Akortal y Cherki. Sobre la mesa hay una larga lista de proyectos. Las tarjetas casolanes,uno de los primeros. Se han imprimido en la propia comisaría, utilizando sus folios y buscando a alguien que las tradujera al árabe. Las reparten entre los comerciantes, entre las entidades. “Es una forma de aproximarnos también a la comunidad, un gesto”, dice Oliva.

En la idea han trabajado con Mohamed y con Larbi. A favor tenían que todas las partes querían estrechar relaciones. Y el diálogo entre todos es continuo, a cualquier hora del día, con cualquier problema. Se trataba de hacer de verdad una policía de proximidad.

Ahora, es difícil encontrar un acto en el que no estén presentes participando de la comunidad. “En septiembre haremos charlas como las que hacemos con otros colectivos, jornadas de puertas abiertas, facilitar a la comunidad islámica que conozca a la policía y que sepa que estamos a su servicio”, explica Oliva. “Yo ya he traído a algunos jóvenes para informarse, porque quieren ser policías”, comenta Larbi. “Mi hermano pequeño está en una academia. Nuestros jóvenes tienen que tener claro que pueden tener las mismas oportunidades que los demás, y más teniendo en cuenta que son jóvenes que hablan el catalán como los de aquí”, dice Mohamed.

Mohamed y Larbi son para la policía la forma de estar presentes en la comunidad islámica y a la vez, para sus comunidades – de unos 500 miembros en Sant Joan Despí y más de 4.000 en Cornellà-, el reflejo de que cuentan para la policía. “Es un trabajo que se hace poco a poco, pero que es muy importante y que está saliendo bien”, explica el inspector de los Mossos. “Es la policía de todos. Porque todos somos iguales”, sentencia Mohamed.