Los generales mauritanos relajan la vigilancia de sus costas
El Día, , 07-09-2008En Mauritania se concentran bolsas de inmigrantes clandestinos. Se ha comprobado que al menos 1.200 personas esperan para embarcar cuanto antes en cayuco hacia Canarias. La inestabilidad política del país por el golpe de Estado, que ha provocado un cambio de gobierno, ha ocasionado que la inmigración ilegal no esté siendo controlada.
La situación política inestable en Mauritania ha provocado que el Gobierno del país se desentienda del control de la inmigración clandestina, que, como se comprueba con cada uno de los cayucos que están alcanzando las costas canarias en los últimos meses, tienen su origen en el norte de ese país africano.
Así lo han asegurado a EL DÍA observadores internacionales en el vecino continente, quienes también precisaron que se detectan bolsas de inmigrantes subsaharianos en Mauritania, por lo menos de unas 1.200 personas, preparadas para embarcarse en cayuco hacia Canarias.
Un golpe militar acabó el día 5 del pasado mes de agosto con el Gobierno democrático de Mauritania. Varios generales que habían sido destituidos de sus puestos en la cúpula militar del país encabezaron una asonada contra el presidente Sidi Mohamed Ould Cheikh Abdallahi, el primer presidente democrático del país, que había llegado al poder en marzo de 2007 en unas elecciones avaladas por la comunidad internacional que supusieron el primer paso en el camino hacia la democracia.
La Unión Africana y la Unión Europea condenaron ese golpe de Estado. Esos sucesos fueron el resultado de varios meses de grave crisis política.
El Alto Consejo de Estado que dirige Mauritania tras el golpe de Estado del pasado 6 de agosto, liderado por el jefe de la Guardia Presidencial, el general Mohamed Ould Abdelaziz, eligió a primeros del presente mes a los miembros del Gobierno, entre los que se incluyen cuatro ministros del mandato anterior.
El nuevo Ejecutivo está compuesto por 28 miembros, de los que 22 son ministros, dos son secretarios de Estado, uno secretario general y tres comisarios.
Esta situación interna que presenta Mauritania ha provocado descontento en la población, incluso en los nacionales de este país que viven en el Archipiélago, porque en la actualidad se están encontrando con bastantes problemas para realizar cualquier trámite burocrático, según ha podido confirmar este periódico.
Respecto a la inmigración, tal y como precisaron los observadores internacionales, existe una falta de control en cuanto a la salida de cayucos, concretamente, en la zona de La Güera, al norte del país.
Entre los grupos de africanos candidatos a emigrar en estas embarcaciones clandestinas figuran mujeres y niños, pero, según explicaron las mismas fuentes, conocedoras de los hechos de primera mano, los responsables de los viajes “dosifican” el número de estas personas vulnerables, a la hora de organizar una expedición con destino al Archipiélago, debido a que consideran que se trata de personal problemático y no quieren que se embarquen en un número elevado.
Respecto al precio que abonan los subsaharianos por el trayecto, las fuentes indicaron que en algunos casos llega a los 3.000 euros, sobre todo cuando se asegura una buena travesía, bien sea porque el mar no presenta problemas o porque “venden” que el timón estará llevado por expertos y llegará a buen puerto.
A todo esto hay que sumar los desplazamientos que desde hace unos días se están produciendo desde Senegal hasta Mauritania, ocasionados por el anuncio realizado por el Gobierno de España de suprimir la contratación de inmigrantes en origen, debido a la crisis económica latente.
Por este motivo, los senegaleses han vuelto a formar parte de las bolsas de inmigrantes que pretenden salir en cayuco hacia Canarias.
El ministro español de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, señaló hace cuatro días que propondrá que los contratos de personas inmigrantes en sus países de origen “se aproximen a cero”. No obstante, Corbacho rectificó el viernes esta iniciativa, que ha causado estupor entre los senegaleses, porque contaban con que España cumpliera sus promesas, como la realizada en febrero de 2007 por el entonces titular de la cartera de Inmigración, Jesús Caldera. En esa ocasión, el ministro español aseguró que con esta medida, España intentaba convencer a los países africanos de que se puede emigrar sin necesidad de meterse en un cayuco.
Esa era la filosofía de la declaración de intenciones que firmó en Dakar (Senegal) el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, con su homólogo senegalés, Aliou Sow, hace menos de un año.
El objetivo era ofrecer formación y contratos a pescadores profesionales senegaleses para que trabajasen en aguas españolas.
En ese momento, el Gobierno español, que hacía de intermediario entre las peticiones de los empresarios españoles y el país africano, ya había recibido 165 solicitudes en firme por parte de grandes empresas españolas y pequeñas cofradías.
Pero las previsiones del ministro Caldera apuntaban a que se podía llegar a contratar a cerca de 700 personas.
Concretamente, el 8 de noviembre de 2007, se hizo público que la mayoría de las ofertas de trabajo en origen que se firmarían en el viaje de Jesús Caldera a Senegal estarían destinadas al sector de la pesca. Esto suponía un incremento sin precedentes en las contrataciones españolas en el África subsahariana.
Según fuentes del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, en concreto la empresa pesquera “Claster”, de bandera española pero que faena en caladeros de todo el mundo, ofertó 2.000 contratos, por lo que la naviera barajaba la posibilidad de abrir una oficina de contratación en Dakar.
Además, la empresa “Fres Huelva”, destinada a todo el proceso de producción de la fresa, ofertó 700 empleos para el sector.
Caldera viajó hasta Senegal también con el propósito de solicitar a sus autoridades que intensificaran la vigilancia en las costas para evitar tragedias humanas.
Precisamente, el Consejo de Ministros remitió a las Cortes Generales, el pasado viernes, un acuerdo de cooperación con Níger en materia de inmigración que plantea medidas para facilitar la contratación de trabajadores subsaharianos en origen.
Níger es uno de los países africanos emisores y sus nacionales también llegan en los cayucos que alcanzan las costas canarias.
El convenio, que según el Ejecutivo permitirá un mayor control y gestión del fenómeno migratorio, también recoge medidas para luchar contra la inmigración ilegal y las mafias que trafican con personas, y favorecerá la colaboración entre ambos países en la lucha contra el tráfico de seres humanos.
El acuerdo tiene por objetivo también fomentar el fortalecimiento de las capacidades y el desarrollo de Níger.
El director adjunto de la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores (Frontex), Gil Arias Fernández, justificó recientemente el descenso de inmigración por vía marítima a Canarias como un “efecto desplazamiento” a Italia.
Arias explicó que la llegada de menos inmigrantes a las playas Canarias en lo que va año se produce porque “buena parte” de los subsaharianos que se dirigían antes a Canarias ahora se desplazan a Italia.
En este sentido, manifestó que “se ha producido un cambio de flujo, un efecto desplazamiento” por parte de ciudadanos de Mali, Senegal o Nigeria, entre otros, que ahora se desplazan a Libia para luego tomar la vía marítima hacia Lampedusa, en Italia, o hacia Malta.
Asimismo, destacó una “mayor” cooperación entre los países de los que salen los inmigrantes y un incremento de “medios” en esas zonas, que han servido para reducir la inmigración en España.
El 50%, por vía terrestre
Según los datos de Frontex, el 50 por ciento de inmigrantes que entra en Europa lo hace por vía terrestre, el 31 por ciento por vía marítima y el 19 por ciento restante por vía aérea.
No obstante, “la inmigración por vía marítima es llamativa en la medida que conlleva pérdidas de vidas humanas y por ello debe de ser la que más preocupe, pero en cuanto a números es muy superior la que llega por vía terrestre”, destacó el director adjunto de la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores.
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