Diez inmigrantes irregulares fueron interceptados ayer, frente a las costas de Alicante, cuando viajaban a bordo de una pequeña embarcación, equipada con un único motor de escasa potencia. El grupo acumulaba su cuarto día de travesía, según su propia declaración, cuando fue avistado por un pesquero, cuya tripulación dio la voz de alarma. La patera, de unos tres metros, se encontraba a unas 30 millas del litoral alicantino, lugar hasta el que se desplazó la embarcación Polaris de Salvamento Marítimo.

Los ocupantes del bote se hallaban en aparente buen estado de salud, aunque con las naturales muestras de fatiga en un trayecto de estas características, acompañado de muchas horas de exposición al sol. Poco más tarde, ya en tierra firme, se pudo comprobar que sólo uno de los extranjeros, al parecer, todos argelinos, mostraba lesiones como consecuencia de un golpe en un costado. Fue evacuado al Hospital General de Alicante para someterle a una exploración más completa, según explicaron fuentes de Cruz Roja, aunque la lesión no era de gravedad.

Los diez magrebíes destacan por su juventud, tal y como se pudo comprobar a simple vista conforme fueron desembarcando, pasadas las seis y media de la tarde. Allí aguardaban equipos sanitarios y dotaciones de Policía, Guardia Civil, Policía Portuaria y Autonómica.

Los propios magrebíes afirmaron que su edad oscila entre los 18 y los 23 años. No obstante, cabe la posibilidad de que en algún caso haya que realizar una prueba ósea para determinar si alguno de ellos es menor.

El grupo se negó a ofrecer detalles sobre la organización de su travesía y la eventual colaboración de terceros. En cambio, no tuvo reparos en reconocer que hacía cuatro días que habían embarcado en un punto del litoral argelino, según relataron a los servicios de emergencia.

En su embarcación, equipada con un motor de 30 caballos de potencia, había dos o tres cámaras neumáticas, a modo de salvavidas, ropa de abrigo y restos de comida. Además, fueron encontradas una garrafa de 25 litros de combustible y otra de agua, ya vacías. La patera no tenía ningún problema mecánico.

Los inmigrantes fueron subidos a bordo del barco de Salvamento Marítimo, que fue escoltado por la Guardia Civil. Nada más descender a tierra, los sin papeles pasaron a custodia del Cuerpo Nacional de Policía, en aplicación de la Ley de Extranjería.

Antes de ser trasladados a la comisaría, con el fin de iniciar los trámites de identificación y la apertura de un expediente de devolución al país de origen, los jóvenes magrebíes recibieron un kit con material higiénico, alimentos, agua y ropa seca. No estaban hambrientos, pero sí que tenían sed. Tres traductores de Cruz Roja hablaron con los diez indocumentados, que en las próximas horas pasarán a disposición del juez de guardia.

No es la primera vez que llegan pateras a la región pese a la considerable distancia que separa el norte del Magreb y el litoral valenciano.

En septiembre de 2007 llegaron por primera vez a las costas de la provincia entre 40 y 45 inmigrantes en pateras, en concreto a Pilar de la Horadada, Guardamar, El Campello y Benidorm. Desde entonces se han repetido en El Campello, otras cuatro pateras con 38 inmigrantes en Alicante, e incluso en Cullera.