Que los extranjeros vengan a España legalmente con un contrato bajo el brazo ha sido la apuesta ‘estrella’ del Gobierno para frenar la inmigración irregular.

Sin embargo, ahora el Ejecutivo pretende eliminar esta vía de la que hasta ahora se mostraba tan satisfecho.

Traer a los inmigrantes desde sus países de origen para trabajar a España es un proceso bastante complicado. De hecho, las empresas llevan tiempo reclamando al Gobierno que agilice los trámites que se pueden prolongar durante ocho meses.

Para contratarlos existen dos modalidades: los trabajadores de temporada y los estables. Los primeros son seleccionados en sus países por las asociaciones agrarias, firman un contrato temporal y se comprometen a regresar a su país una vez finalizada la campaña.

Para los empleados estables se utilizan dos vías. Una de ellas es el contingente de trabajadores extranjeros que fija anualmente el Consejo de Ministros, en función de las demandas de las comunidades autónomas. Este año se ha establecido en 15.731 contratos, pero su ejecución no suele alcanzar ni el 50% debido a los farragosos trámites.

Pero el método más utilizado es el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura, que funciona desde 2005 y permite a los empresarios contratar a los inmigrantes de manera personalizada. En el catálogo figuran aquellos puestos de trabajo que el Inem no puede cubrir con parados españoles.

Este año 88.180 extranjeros han venido gracias a esta modalidad, que será ahora la más afectada por los recortes de Corbacho.