El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, se comprometió ayer con sindicatos y patronales a eliminar la contratación de inmigrantes en su país de origen como forma para combatir el desempleo, que alcanza ya los 2,5 millones de personas. “Vamos a revisar el catálogo de las contrataciones en origen”, anunció tras la reunión con los agentes sociales. Y a renglón seguido añadió: “No voy a llevar un catálogo tan generoso como en los últimos años a ningún Consejo de Ministros”. Su intención es que esta cifra “se aproxime a cero”. Sólo mencionó como excepciones las de los países con los que España mantiene convenios internacionales – básicamente de África- y en casos muy concretos por el alto grado de especialización requerido.

Corbacho apuntó las cifras de lo que ha supuesto este tipo de contratación hasta ahora. De enero a julio de este año se ha contratado bajo esta fórmula a 88.180 personas, mientras que el año pasado 200.000 inmigrantes fueron formados y contratados en sus países para ocupar distintos puestos laborales en España.

Las comunidades autónomas establecen sus respectivos objetivos de contratación a principios de año. Para este 2008 se habían solicitado 15.700 puestos. Por ejemplo, sólo en Barcelona se reclamaban 200 enfermeras y 130 médicos por la falta de estos profesionales en los hospitales catalanes. También destaca en el conjunto del territorio la solicitud de otros profesionales, como soldadores, electricistas, pasteleros, cocineros, etcétera.

Según el Ministerio de Trabajo, las distintas comunidades autónomas deberán poner en marcha planes de formación para cubrir estos puestos, con autóctonos o con desempleados extranjeros que ya vivan en España. Pero el objetivo último del Ministerio de Trabajo es que esta cifra se cubra con las personas que han pasado los últimos meses a engrosar las listas del paro. El titular de Trabajo no quiso dar más detalles sobre esta medida, que presentó por sorpresa tras anunciar lo acordado con los agentes sociales en la reunión celebrada ayer por la tarde.

Pese a que personas como José María Fidalgo, de CC. OO., han reclamado en los últimos meses contención a la inmigración, otros sindicalistas de la misma central consideran que el anuncio del ministro es difícilmente realizable, y que se trata sólo de un mero recurso propagandístico que tendrá escasa repercusión en el mercado de trabajo.

En su comparecencia, Corbacho subrayó las cuatro líneas de actuación de su departamento para los próximos meses, con las que persiguen activar el mercado laboral. Entre estas destacó en primer lugar la mejora y modernización de los servicios públicos de empleo. La segunda línea de trabajo es el fomento de la formación profesional. Para ello pretende que el Ministerio de Educación trabaje codo con codo con el de Trabajo para caminar en el mismo sentido.

La tercera medida a corto plazo es el desarrollo de la ley del Estatuto de los Trabajadores Autónomos, cuya cifra en España supera los tres millones. Esto requiere una nueva legislación y su puesta en funcionamiento puede llevar más tiempo de lo previsto. La última línea de actuación que Corbacho destacó fue la revisión de todos los programas de empleo y planes sectoriales. “Vamos a evaluarlos e incluso ponerlos a cero para analizar por dónde deben ir las prioridades del futuro”, sentenció. Ante la pregunta de si el plan para recolocar a 100.000 parados sólo afectará al sector de la construcción, el ministro de Trabajo reculó, pese a reconocer que es donde más empleo se destruye junto a los servicios.