La jornada de ayer comenzó de manera trágica con la llegada a las costas de Gran Canaria de un cayuco con 13 inmigrantes muertos a bordo, mientras el cuerpo sin vida de otro era localizado por la Guardia Civil flotando en alta mar, que rastreó la zona por si había más.

Los 60 inmigrantes de origen subsahariano que viajaban en la embarcación habían partido hace más de una semana de un punto al sur de la costa de Mauritania y llegaron a Gran Canaria desorientados, tras perderse en alta mar y después de fallar un motor.

Finalmente, el cayuco era avistado por la estación del Servicio Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), sobre las 07:42 horas, frente a la costa de Mogán, en el sur de Gran Canaria, por lo cual se alertó a la patrullera de la Guardia Civil “Almirante Díaz Pimienta”, que interceptó el cayuco a las 7:52 horas y lo trasladó hasta el puerto de Arguineguín.

Allí esperaba el personal de Cruz Roja, Protección Civil y del Servicio de Urgencias Canario (SUC) y, una vez en tierra, se comprobó que en el cayuco se encontraban 13 cadáveres y 46 supervivientes, de los cuales nueve tuvieron que ser hospitalizados debido a su mal estado de salud, según informó la Consejería de Sanidad.

Seis inmigrantes fueron ingresados en el Hospital Universitario Insular tres de ellos trasladados por la tarde desde el Centro de Salud de Maspalomas, y el estado de uno de ellos es de hipotermia, aunque estaba en planta, mientras que dos se encontraban en cuidados intensivos. Asimismo, al hospital Doctor Negrín se derivó a otros tres inmigrantes.

Un total de 46 personas, dos de ellas mujeres, llegaron a la orilla con vida. De los inmigrantes, 32 fueron trasladados a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía a fin de recabar información.

Un total de 37 inmigrantes han fallecido en lo que va de año en su intento de llegar a las costas canarias, incluidas las 14 personas de origen subsahariano que navegaban en el cayuco interceptado ayer al sur de Gran Canaria, según informó la Delegación del Gobierno.

Esta cifra se refiere a los cuerpos que viajan a bordo de cayucos y a los que fallecen en centros hospitalarios de las islas y no a los que embarcan, pero que desgraciadamente no llegan al Archipiélago.

El presidente del Parlamento de Canarias, Antonio Castro, lamentó la muerte de los inmigrantes. Aseguró que es muy doloroso ver cómo jóvenes que viven una situación desesperada en su país de origen, pierden su vida en la aventura de encontrar un futuro mejor para ellos y sus familias. “No podemos acostumbrarnos, bajo ninguna circunstancia, a que este tipo de dramas entren a formar parte de nuestra vida diaria”.